El féretro de la reina Isabel II llegó el martes por la noche a Londres para seis días de homenajes y un funeral de Estado, después del adiós que los escoceses brindaron a su monarca fallecida tras siete décadas en el trono. Sus restos fueron trasladados al Palacio de Buckingham y luego a Westminster Hall, la parte más antigua del edificio que acoge al Parlamento británico.
El próximo lunes, se realizará el funeral en la Abadía de Westminster. Luego, será llevada a Windsor, donde descansará junto a su esposo Felipe, que falleció el año pasado. Se espera que miles de personas desfilen por su capilla ardiente. El gobierno avisó que la gente podría tener que llegar a pasar la noche de pie, en la cola, para verla, informó Télam.
Unas 48 horas antes, ya había algunas personas aguardando ante el Parlamento. El domingo está previsto que el país realice un minuto de silencio a las 20:00 hora local, como señal de respeto a la única monarca que conocieron la mayoría de británicos.
Mientras el país se despide de la monarca, el rey Carlos III se asienta en el trono y la jefatura de Estado que su madre ocupó durante siete décadas, convirtiéndose en símbolo de unión y estabilidad. Esto incluye una gira por las cuatro naciones que forman el país: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.
El nuevo monarca se reunió con representantes de todos los partidos políticos en el castillo de Hillsborough. Del encuentro participaron Michelle O’Neill, líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte, y Jeffrey Donaldson, del Partido Unionista Democrático (DUP). También estaban presentes los dirigentes principales del partido Alianza, del Unionista de Ulster, miembros de la asamblea legislativa del Partido Socialdemócrata y Laborista norirlandés (SDPL).
