Sin lugar a dudas, Yanina Latorre se convirtió, en los últimos años, en una de las panelistas más destacadas del mundo del espectáculo. Principalmente por sus primicias, que cuenta al aire de ‘LAM‘, pero también por su manera de compartir su postura frente a todos los temas que tratan. Esto mismo sucedió días atrás, cuando conversaron sobre el cambio de vida de Calu Rivero.
Días atrás, en ‘LAM’, recordaron la primicia que contaron sobre el embarazo de Calu Rivero, y la relación con Aito De la Rua. Entonces, María Belén Ludueña comentó: «Yo lo comparaba con lo de Ben Affleck y Jennifer López, el amor después del amor. Ellos estuvieron 3 años juntos, nadie se acordaba de esa relación, y ahora sorprendió cuando lo contó. La comparación es por el tiempo que estuvieron separados».
Rápidamente, Estefi Berardi compartió que «los unió mucho la espiritualidad, porque los dos están mucho en la onda meditación». Sin dudarlo, Yanina Latorre decidió compartir su tajante postura al respecto: «Me la baja, yo no le creo a esta gente. Ella vive en una casa sustentable y le pagan por eso, entonces no sos sustentable. No le creo nada, porque no era sustentable ella antes, cambió».
«Para mí, no hay nada mejor que te paguen por algo que realmente sos», comentó Estefi, pero Yanina volvió a apuntar: «Yo no le creo nada. Se llamaba Dignity… no le creo nada. Hay gente que le creo el veganismo, la meditación… a ellos no le creo nada». A lo que Silvina Escudero comentó que «a Vanucci también la escuché en este programa». Sin dudarlo, Yanina sentenció: «Tampoco le creo nada. Hay gente que le creo el cambio, pero hay gente que no, es una opinión».
Tras ver la nota con Calu Rivero, María Belén Ludueña expresó: «Me quedé con que le pagaban la casa sustentable». Entonces, Yanina Latorre contó que «se la regalaron, para promocionar. José Ignacio hace unos años hizo todo un emprendimiento de casas sustentables, y para promocionar ella empezó a vivir ahí. En ese momento hubo toda una polémica porque ella vivía en Nueva York, trabajaba para marcas caras, cobraba mucha guita, no tenía una vida sustentable».