Siempre dispuesta a decir lo que piensa. De esta manera es como se muestra una de las periodistas más directas, queridas y reconocidas de los medios de comunicación de nuestro país, como es el caso de Cristina Pérez. Todo sucedió en su programa de Radio Rivadavia, «Cristina Sin Vueltas», donde se refirió a los audios que se filtraron del exministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain, que fueron grabados durante la cuarentena.
«Todos en algún punto lo sospechamos durante la pandemia. En la restricción de libertades que imponían las autoridades, había más que una cuestión sanitaria, había búsqueda intencional de humillación, domesticación y abuso hacia los ciudadanos. Pero nunca antes había quedado tan claro este goce perverso como en los audios de quien era ministro de seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain. Revuelve las tripas de indignación escuchar cómo se refiere a una mujer a la que detuvieron por pasear el perro», comenzó manifestando.
Delante de cada uno de sus oyentes, Cristina Pérez fue por más. «Estas no son simples palabras. Se trata de una admisión de abuso de poder y aplicación de tormentos a una ciudadana. Y se solaza con ella. Con la suspensión de sus derechos. Así de grave. Si algo le faltaba al compendio de calamidades que dejó la pandemia, y muchas de ellas por el manejo del gobierno, era esto. En un simple repaso es imposible que no vuelvan a la mente, el bloqueo al papá de Solange Muse, la joven con cáncer que murió sin poder abrazarlo», señaló.
«O Abigail Gómez, la nena con cáncer terminal a quien su papá debió cargar en brazos para cruzar la frontera entre Tucumán y Santiago por las restricciones vehiculares. Toda esa burocracia sin una gota de piedad ni comprensión se multiplicó por cientos de casos. Muertes dudosas en comisarías, detenciones arbitrarias, los decretos suspendiendo garantías constitucionales que nadie cuestionó, la estigmatización de los que osaban cuestionar alguna medida, o la demonización de quien salía simplemente a correr en un espacio público», disparó.
Contundente
«Si con lo más sagrado, que era la vida, y en medio del miedo ante un virus desconocido, fueron así de oportunistas, mentirosos e ineficientes, cómo no imaginar lo que iba a venir después. Entre la pandemia y el desgobierno, el país sufre por un deterioro que se profundiza día a día. El presidente está dibujado en su propia bancarrota de poder. La vicepresidenta sólo habla de ella y no existe otra cosa que su guerra contra la justicia en su percepción del universo«, arremetió.
De manera tajante, finalizó con su descargo. «Y la economía es un valle de lágrimas. Antes, durante y ahora, siguen sacándose los ojos entre ellos mientras la cosa empeora. Sólo les importa conservar quintas de poder cuando venga la debacle en las urnas. Y tratar de arruinarle el camino todo lo posible a sus opositores. Del resto sabe la gente, porque ellos están en otra cosa. Quizás no hay mejor metáfora en esta coyuntura, que decir un simple dato de la realidad: ‘dejaron al país sin ruedas sobre las que andar’, y no les importa», concluyó Cristina Pérez.