Este jueves, Paraguay afirmó que sus «excelentes» lazos de más de seis décadas con Taiwán no estaban condicionados a recibir nuevas inversiones, en momentos en que China intensifica la presión para ganarse a los pocos aliados que le quedan a la isla asiática.
El país es el único en Sudamérica que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, considerada por China como una de sus provincias sin atributos de Estado. Taipei mantiene lazos con 14 naciones, entre ellas las centroamericanas Guatemala, Honduras y Belice.
El presidente Mario Abdo anunció a The Financial Times que su país buscaba 1.000 millones de dólares en inversiones de Taiwán para mantener los lazos. En 64 años de relacionamiento, la isla ha desarrollado numerosos proyectos de cooperación y donaciones que han ayudado al desarrollo de Asunción, cuyo motor son las exportaciones de productos agropecuarios como la soja y la carne vacuna.
Paraguay ha estado bajo presión de las asociaciones locales. Especialmente de los productores de carne, para un acercamiento a China que les permita ampliar sus ventas externas. El ministerio de Relaciones Exteriores expresó que el país no ponía «condicionamiento alguno a la continuidad de su relación» con Taiwán, en un intento de aclarar los comentarios que Abdo hizo en la Asamblea General de la ONU, informó Reuters.
«El Presidente (Mario Abdo) manifestó el interés de que parte de la inversión que la República de China (Taiwán) realiza en otros países pueda también canalizarse hacia nuestro país», señala la nota. Agregó que «en ningún momento de la entrevista el Presidente se refirió a condicionar la relación con Taiwán y mucho menos supeditarla a algún monto».
La respuesta de Taipéi
La portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, Joanne Ou, explicó en una conferencia de prensa este jueves que el canciller paraguayo se comunicó con el embajador de Taiwán en Asunción para «aclarar las cosas» y recalcar que las relaciones se basaban en valores compartidos sin ninguna «contrapartida».
China ha aumentado la presión militar y política sobre Taiwán para que decline sus reivindicaciones de soberanía. Esto ha provocado la ira de la isla, que expresó en repetidas ocasiones que no que no se dejará intimidar y tiene derecho a la participación internacional.
