Fue realmente muy fuerte lo que se vivió en «Podemos Hablar», el programa que lleva adelante Andy Kusnetzoff a través de la pantalla de Telefe. Uno de los invitados fue nada más y nada menos que Matías Alé, el reconocido actor que debió sobreponerse a muchas situaciones adversas en su vida. En pleno ciclo, rompió en llanto al hablar de la muerte de su padre y debió ser consolado por el periodista.
«Se me fue hace muchos años, no me vio haciendo lo que yo hago. Se murió en el cementerio jugando al fútbol», comenzó manifestando en un primer momento. «Había un campito que estaba destinado ahí para jugar. Nosotros jugábamos todos los lunes con mi hermano y mi vieja se había ido de viaje el día anterior porque al día siguiente, antes de que mi viejo se muera, nos íbamos a ir de vacaciones con él y mi hermano», sostuvo.
«Ese lunes la había ido a llevar a mi vieja al aeropuerto y cuando volví, mi papá me llamó para preguntarme cómo estaba mamá. Y me dice ‘¿bueno, vas a venir a jugar hoy al partido?’. Entonces le digo ‘viejo, mamá no está, vos tampoco, tengo la casa sola, dejame que hago un asado con mis amigos, si total mañana nos vemos'», relató Matías Alé delante de las cámaras.
Movilizado
«Esto fue a las 9 de la mañana. A las 6 de la tarde, cuando estaba haciendo el asado, viene su mano derecha y me dice ‘vení porque tu viejo tuvo una descompensación y lo están llevando para la clínica’. Y se me murió ahí… llevaron un servicio que no le alcanzó para el infarto que él tuvo… 44 años tenía. Yo 19, mi hermano 15. Cuando mi vieja llamó para avisar que había llegado bien, le dije que tenía que volver porque mi papá se había olvidado de firmarle un poder para que pudiera salir, no sabía qué decirle…», lanzó el actor, sin rodeos.
«Vino al día siguiente y desde ahí se transformó en mi lucero, mi sendero. Fue la persona que me ayudó a salir de toda mi enfermedad. Yo los últimos cuatro años después de mis internaciones, me fui a vivir con ella. Ella a la noche, cuando yo estaba internado, se quedaba con el auto en doble fila en la clínica, para ver si me veía pasar por alguna ventanita cuando no tenía régimen de visita», aclaró Matías Alé, sin poder contener las lágrimas, debiendo ser consolado por Andy Kusnetzoff, quien lo fue a abrazar.