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POLÍTICA

La Corte Suprema de Justicia desafió al Gobierno: «Tienen que proponer una revolución o reformar la Constitución»

El presidente de la Corte Suprema de Justicia exigió que cumplan con la Constitución Nacional y respeten al órgano judicial.

Alberto Fernández

En los últimos meses, la Corte Suprema de Justicia se transformó en el blanco de las críticas del kirchnerismo. La vicepresidente, Cristina Kirchner, cargó varias veces contra los jueces del máximo tribunal por sus fallos mientras que otros representantes del Gobierno, como el propio presidente Alberto Fernández, le exigen nuevos fallos a los integrantes del órgano judicial.

Claro está que Horacio Rosatti, presidente del tribunal supremo, no respondió a estos pedidos aunque desde el Coloquio de IDEA contestó a las propuestas del Frente de Todos de ampliar la Corte Suprema de Justicia. «Cuando se habla muchas veces de reformar, hay que decir que está todo dicho, lo que falta es cumplirlo, vocación para cumplirlo», afirmó.

«La Constitución no prevé la lucha de clases sino la complementación. Si alguien quiere algo diferente, tiene que proponer una revolución o reformar la Constitución y para eso se requiere los dos tercios de cada Cámara», resaltó Rosatti en respuesta el Gobierno, quien no alcanza esa condición. Además, advirtió sobre los problemas de institucionalidad que se están viviendo en las últimas épocas.

Las instituciones

Por último, Rossati aclaró que «no hay verdadero desarrollo humano si no hay una verdadera calidad institucional, derechos por los respetos consagrados, la división de poderes, respeto al Poder Judicial, a la libertad de expresión. La institucionalidad muchas veces estuvo jaqueada por factores que conocemos, las crisis económicas, los gobiernos militares, pero quiero señalar un factor de riesgo fundamental, el narcotráfico«.

Por último, el presidente de la Corte Suprema de Justicia sostuvo según NA que «No necesitamos estar bien económicamente para buscar la calidad institucional. Lo de la calidad institucional parece abstracto, superfluo versus la calidad de vida que es algo pragmático y cotidiano. Mientras intentamos lograr ese crecimiento institucional hay que aferrarse a la Constitución porque todo está dicho en la Constitución, no hay nada nuevo que inventar».