Ayer no fue una jornada más en la televisión argentina. Es que Telefe decidió emitir un especial doble de «Pasapalabra» tras el final de «¿Quién es la máscara?». A la espera del gran debut de «Gran Hermano», el programa de ingenio tuvo que competir mano a mano en la noche del domingo contra «Periodismo para todos», un verdadero clásico de El Trece. ¿Cómo le fue a Jorge Lanata compitiendo contra el programa de Iván de Pineda?
Según informó la cuenta especializada en espectáculos «Moskita muerta», «PPT» logró ayer un pico de 9.7 puntos de rating en la pantalla de El Trece. «Pasapalabra», por su parte, lo superó con una marca máxima de 10.3 puntos de rating en la pantalla de Telefe. Superando durante varios tramos al ciclo periodístico conducido por Jorge Lanata, el programa de ingenio del canal de las pelotitas volvió a destacarse de gran forma en el prime time.
Durante el programa de ayer de «PPT», Jorge Lanata modificó su clásico editorial político para hablar sobre su madre en un día muy especial. «Hoy les iba a hablar de Massa y la inflación, o de Manzur que deja la Jefatura de Gabinete o de Alberto o de Cristina. Pero realmente no sé bien para qué les serviría que les hablara de todo eso. Les quiero hablar del Día de las Madres. De mi madre», comenzó diciendo la figura de El Trece.
«Yo conocí a mi mamá de una manera extraña. Ella tuvo un tumor cerebral cuando yo tenía seis o siete años. Vivió más de cincuenta años con un lado del cuerpo paralizado, el derecho, y una lesión en el centro del habla. No podía formar palabras. Entendía si le hablaban, pero solo podía decir sí, o no, o emitir sonidos. Mi mama se llamaba Angélica, tenía ojos verdes y un increíble sentido del humor», agregó Jorge Lanata.
«Yo pensé muchas veces: ¿por qué no se quiere morir? ¿Por qué quiere vivir así? Y no se quería morir. Ella vivió con mi papá hasta que mi papá murió y luego vivió conmigo y con mi tía, su hermana. Yo aprendí de mi mamá, que no hablaba, que hay que sobreponerse a la dificultad, sea cual sea. Con los años, aunque no hablara, aprendimos a comunicarnos. Sus ojos verdes se reían con mis chistes malos y su mano izquierda apretaba la mía cuando estaba feliz o angustiada», completó Lanata, visiblemente emocionado.