Alfredo Leuco suele referirse personajes que no pertenecen agenda política y social en ocasiones especiales. De hecho, en una emisión reciente de su programa en Radio Mitre, el comunicador recordó a Diego Maradona a dos años de su muerte y valoró su trabajo como deportista.
En primer lugar, el periodista manifestó: “Se cumplen dos años de la muerte de Diego Maradona. Podría mirar para otro lado y hablar solamente del Diego y su magia futbolística, del Dios de los estadios. Sería menos conflictivo. Porque como jugador, nadie lo discute. Pero no me gusta esa actitud demagógica de decir lo que conviene. Creo que en todas las noticias hay enseñanzas. En la vida y la muerte de muchos ídolos hay material para rescatar en los valores y para rechazar en los delitos.
“A dos años de la triste muerte de Maradona, me parece injusto profesionalmente recordarlo solamente por su costado angelical y ocultar su parte oscura. Porque Maradona fue ambas cosas. Su vida fue construida y destruida entre Dios y el diablo. Una cosa no quita la otra. Ambas caras de la moneda son ciertas. Dolorosamente ciertas. A este tipo de cosas me refiero cuando hablo de la parte diabólica de Maradona”, aseguró después.
Y añadió: “Ese señor que murió a los 60 años, construyó en 10 segundos y 89 centésimos la máxima obra de arte deportiva de la historia argentina. Ese señor de la lengua pesada, la herida en la cabeza y los ojos achinados por la gordura de su cara, dio cátedra de tango bailando sobre una pelota y frente a los ingleses, nada menos. Inventó todo frente a quienes dicen ser los inventores del fútbol. El estadio azteca se puso de pie. Ese señor fue capaz de llenar cientos de bomboneras y monumentales. Diego Maradona fue el quinto hijo de los ocho de un obrero que nació en una Esquina de Corrientes sin Esmeralda. Llegó al mundo con una pelota debajo del brazo. Su padre le lustraba los botines cuando era cebollita y él sacaba apenas la lengua, llenaba de aire su pecho y salía por el pasto a despatarrar gigantes defensores y a hacerles pasar papelones de padre y señor nuestro”
“A dos años, todavía nos resulta increíble que Maradona haya muerto. Su cuerpo privilegiado aguantaba todos los bombazos que el mismo le tiraba. Hace 40 años aspiró cocaína por primera vez para hacerse el cancherito y para aguantarse ser Maradona todo el tiempo y en todo lugar. Hoy el mundo lo recuerda y nosotros también. Pero no ocultamos a ninguno. Recordamos a los dos Maradonas que convivieron en el cuerpo de Diego. Al que está en el cielo y al que cayó en su propio infierno”, dijo Alfredo Leuco a modo de cierre.