El pasado primero de septiembre la viceppresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, fue atacada pro Fernando Sabag Montiel. El sujeto le gatilló en dos ocasiones frente a los ojos de la exmandataria que resultó ilesa de este suceso. Frente a ello, comenzó una profunda investigación para conocer si fue planificado, como se financió y quienes fueron sus coautores.
Esto lo lleva adelante la jueza federal María Eugenia Capuchetti, quien tiene una recusación en su contra presentada por los abogados de la querella. Desde el entorno de la expresidente la acusan de haber frenado el proceso de investigación por la aparición de pistas que vinculan a dirigentes de la política, más precisamente a Gerardo Milman de Juntos por el Cambio.
Sin embargo, Capuchetti rechazó este pedido y ahora el camarista Leopoldo Bruglia será quien debe definir si la jueza sigue al frente o no. El sector de Cristina Kirchner pretende exponer de forma oral sus argumentos contra ella, por lo que habrá una audiencia el próximo 23 de noviembre para dicho descargo. Además, tienen otro asunto por resolver ligado a esta causa.
Otro planteo sobre el ataque a Cristina Kirchner
Además de definir la continuidad o no de María Eugeania Capuchetti, los jueces Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y el propio Bruglia tienen que resolver un planteo de la querella acerca de la decisión de negarse a secuestrar teléfonos. Precisamente se trata de los dispositivos móviles de las asesoras de Milman, quienes estuvieron con él cuando comentó lo del ataque a Cristian Kirchner.
En la mesa de un restaurante, el dirigente marista dijo que él iba a estar en la costa cuando ocurra el hecho, un comentario desafortunado y sospechoso porque todavía no se había cometido la agresión. Ante esto, también lo comenzaron a investigar a él y las cámaras de seguridad coinciden con el día, horario y personas de aquel almuerzo en cuestión.
