Tajante, directa y sin pelos en la lengua. De esta manera es como se muestra nada más y nada menos que Cristina Pérez tanto en Telefe como en Radio Rivadavia. Fue justamente en el programa que se emite a través de la mencionada emisora, «Cristina Sin Vueltas», donde habló del impacto que podría tener la eliminación de Argentina del mundial de Qatar.
«El mundial es una cuestión de estado para el Gobierno. Como una píldora de dos efectos puede ser un tranquilizante o puede ser un depresor. En cualquier caso, exacerba el humor, multiplicando la euforia o la furia, llevando el ‘indignómetro’ al mango. Y el poder, experto en fulbito para la tribuna tiembla ante un mundial corto de Argentina que convierta a diciembre en un tsunami de mala onda», afirmó.
«La derrota de la selección encendió todas las alarmas. No es casualidad que el presidente analice el envío de gendarmes a la provincia de Buenos Aires. Fue un pedido de Cristina Fernández en modo campaña y una señal de preocupación a pesar de que siempre despreciaron el tema de la inseguridad«, arremetió Cristina Pérez.
Delante de sus oyentes, decidió ir por más. «La mala onda por un mundial fallido puede ser un sentimiento combustible en medio de tanta fragilidad. Paradójicamente, mientras busca controlar el malhumor social, por un lado, la señora Kirchner hace aprestos de guerra, por otro. Que haya hecho foco en pedir que se acelere el procesamiento del copito Carrizo como coautor del atentado en su contra, publicando ella misma en letras de molde el mensaje de las horas posteriores al hecho donde afirma en Whatsapp, también es parte de una estrategia para poner a la justicia bajo sospecha por esa investigación, en el marco de un frente judicial muy complicado. De hecho, el Copito está preso», lanzó.
«En el caso del mundial, las expectativas de los argentinos son delirantemente grandes: llegar a la final. O sea que si no se llega a la final ya hay decepción. La presión para Messi y el resto del equipo es total pero las consecuencias políticas dan de lleno en el comienzo de un año electoral con un contexto gravísimo de crisis económica que no anticipa una mejora cercana», arremetió la periodista.
«De hecho, los mismos porcentajes que se esperanzaban en la selección son totalmente pesimistas sobre 2023. La alta esperanza en la selección es la otra cara de la baja esperanza en el país. Si las desesperanzas se juntan es imposible que no influya en el contexto electoral. Cristina Fernández lo sabe, y no le alcanza con despegarse, la gente sabe que este es su gobierno. Por eso necesita redirigir la bronca hacia otros enemigos y exacerbará la guerra contra la justicia», finalizó.