Directa, sincera y sin pelos en la lengua. De esta manera fue como se mostró en las últimas horas Flor Otero. Se trata de la reconocida actriz y cantante que se encuentra en pareja con el exintegrante de Mambrú, Germán Tripel. Fue en una entrevista con Agustina Kämpfer en IP Noticias, más precisamente en “Algo que contar”, donde habló de lo que atravesó en sus inicios como actriz.
“A los 14 años hice una novela muy conocida, y cuando hacíamos pequeñas giras y shows, los de seguridad les preguntaban a mis compañeros varones, de mi misma edad, ¿cuál te gusta? Y ellos, que eran pibes hormonales, también avalaban que eso era así. Y lo peor de todo es que no nos hacía tanto ruido”, sostuvo en torno a la figura hegemónica que había que tener.
“A esa misma edad, un productor me dijo que tuviéramos una reunión, que yo tenía una voz muy hermosa, que quería hacerme un disco. Y me dijo ´vení, pero no vengas con tu mamá, vení sola´. Yo tenía mis momentos de lucidez y siempre iba acompañada. ¿Pero sabés la cantidad de personas que no? Y no por falta de lucidez”, aseveró sin rodeos.
“Lamentablemente, en lugar de entrenar todo eso para que no pase, tenemos que estar entrenando el por las dudas. Cuando sos chica, pensás: ´No tengo la experiencia suficiente para entender si esto está bien o mal, entonces debe ser así´. Y hay muchos fantasmas y murmullos que dicen que el ambiente es así, dejándolo como ley, como si no hubiera otro modo”, afirmó delante de Agustina Kämpfer.
Fue en ese momento cuando comenzó a hablar de los trastornos alimenticios. “Fue una propuesta a que dejara de comer y a que me viera mal. Aparentemente, yo estaba mal para su visión y para la supuesta visión del resto, del medio. Es horrible pasar por eso. En mi adolescencia tuve varios trastornos de la alimentación por los mismos motivos, por trabajar de chica y que haya muchas exigencias», lanzó Flor Otero.
2Que una vestuarista me diga: ´Upa, ¿engordaste?´, con el contexto de ese momento, dudaba, dudaba mucho. Si alguien me dijera eso hoy, le diría: ´Sí, me clavé una birra el fin de semana y soy muy feliz, ¿hay algún problema? No estoy cómoda, ¿podés cambiarme de talle?´ Pero en ese entonces me angustiaba mucho, y de verdad dudaba”, “reveló.
“Después de haber pasado por trastornos de la alimentación, a esto también me lo dijeron después de haber parido a Nina. Y empecé a cuestionarme si mi cuerpo estaba bien y si esas oportunidades que no aparecían tenían que ver con eso. Pensaba que quizá debería verme de otra manera, responder a un estereotipo, para que a través de ese vehículo pudiera llegar a mostrar que tengo algo más para dar. ¿Sabés la cantidad de personas a las que le pasa esto? Es gravísimo”, finalizó Flor Otero.