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La masterclass de Gustavo Alfaro: cambio de sistema y un punto de oro para Ecuador

La Tri le arrancó un empate a uno de los protagonistas de Catar 2022 en una demostración del potencial de su plantel y gracias a la pizarra de un entrenador que le ganó la pulseada a Louis van Gaal.

Gustavo Alfaro
Foto de FIFA

Gustavo Alfaro no se relaja en la perfección en Qatar 2022. Su Ecuador rubricó un debut inmejorable ante el anfitrión pero igual decide cambiar piezas para su segunda función. Países Bajos, un rival de mayor jerarquía, supone desafíos más complejos. El partido también encierra una batalla táctica entre un cazador de utopías que afrontará su segunda cita mundialista y un mito como Louis van Gaal que regresó a su selección tras la semifinal de Brasil 2014.

Y Alfaro, el mismo que hace treinta años persigue sus sueños y los va tachando uno a uno, demuestra estar a la altura de la contienda. El trámite de altísima intensidad termina en empate. Con un punto por lado, ambas selecciones pueden seguir su camino para sellar la clasificación en la última jornada del Grupo A, plantea la FIFA.

Para Países Bajos el escenario aparenta ser más sencillo ante un local ya eliminado: para La Tri será una tercera final ante Senegal. Pero en el aire del Estadio Internacional de Khalifa, al margen de la igualdad en el marcador, se respira un ganador: fue una masterclass de Lechuga.

Hernán Galíndez no tuvo mucho trabajo aunque la noche había empezado adversa por el inicial bombazo de Cody Gakpo: “Es una sensación rara la que siento -explica en zona mixta a FIFA+-. Me queda la sensación de que si hubiese habido un ganador, el más justo hubiese sido nosotros. Pero el empate contra Países Bajos, en la segunda fecha, no haber perdido, son todas cosas positivas. Ahora tenemos que sellar la clasificación contra Senegal”.

Si extrapolamos la decisión por puntos del boxeo al fútbol, el fallo debería ser unánime. Después del cimbronazo inicial, el cuarto plantel más joven de Catar 2022 reaccionó, emparejó el juego con carácter y se llevó por delante a una de las mejores selecciones del mundo con un despliegue físico intenso para presionar sobre su salida. «Se le jugó de igual a igual con un equipo que venia de 17 fechas invictas con Van Gaal. Se lo empatamos a fútbol y coraje, y a mí me pone muy orgulloso como lo jugamos», analizó Alfaro en la conferencia de prensa posterior.

El Profesor repitió a diez de los once jugadores de su formación inicial ante Catar. Romario Ibarra, quien había jugado por la izquierda en su habitual 4-2-3-1, salió del equipo para dejarle su lugar a Jackson Porozo, un zaguero central de 22 años que viste la camiseta del Troyes de Francia. La modificación supuso un ajuste táctico: Ecuador se plantó con una línea de tres en el fondo -Porozo, Félix Torres y Piero Hincapié- que se convertía en cinco en situaciones defensivas.

“Se modificó porque sabíamos lo que habían mostrado contra Senegal: eran pelotazos cruzados atrás de los centrales”, explica Galíndez. “Al tener dos solamente, tenía que cerrar demasiado el marcador de punta. Entonces esto le daba un poco más de libertad a Pervis (Estupiñán) y a Ángelo (Preciado). La defensa fue muy sólida, especialmente en el segundo tiempo, y creo que fue una decisión acertada la línea de cinco”.

El plan funcionó a la perfección aunque Alfaro recién empezó a idear y trabajar el sistema en el campamento que lideró en Quito durante los últimos días de octubre. El objetivo fue sumar un central con mayor estatura -1.92 mide Porozo- para anular la avanzada aérea neerlandesa que lidera Virgil van Dijk. “Países Bajos tiene jugadores de mucha estatura, que atacan bien en el juego aéreo. En ese sentido, hay mucha diferencia en el promedio de estatura”, había advertido en la previa.

El entrenador argentino trabajó durante las últimas semanas con sus asistentes nutriéndose de diferentes elementos y datos para conocer tanto las fortalezas como las debilidades de cada rival. El resultado de la ecuación fue el siguiente: apostar por un 3-4-3 dinámico que controlara el espacio aéreo y que le permitiera tanto engrosar su músculo en el mediocampo como liberar a sus dos carrileros.

“Lo trabajamos hace no muchos días -reconoce Galíndez-. Si bien creo que una de las mejores cosas que tiene el plantel es cambiar el esquema y adaptarse rápido, nosotros nos enteramos hace pocos días de que íbamos a tomar esta decisión”. Ángelo Preciado fue uno de los últimos en sumarse al grupo y su nombre adquirió mayor relevancia a partir de la baja de Byron Castillo. Lateral derecho ante Catar, cumplió la función de carrilero y redondeó otra gran actuación: “Yo me integré casi último a la Selección. Practicamos muy poco, aunque ya lo venían viendo en la previa. El profe es muy inteligente, siempre estudia los rivales a los que va a enfrentar”.

Porozo fue la apuesta de Alfaro y el zaguero central que ocupó el puesto de stopper por derecha redondeó una noche para el recuerdo. En el segundo tiempo su actuación fue imperial ante el ingreso del peligroso Memphis Depay: no perdió un solo duelo, anticipando e interceptando cualquier balón libre por su zona. “Sabíamos que era un equipo complicado y Gustavo Alfaro me dijo que tenga confianza, que haga las cosas como las venía estando haciendo. El equipo siempre está preparado, con línea de cuatro o de cinco. La confianza del entrenador es muy importante, sabemos que somos jugadores jóvenes con mucho talento”.

Ecuador no sufrió en la pelota para ni con la velocidad de los extremos de van Gaal. En cambio, impuso condiciones con Moisés Caicedo como todoterreno. La presión en campo contrario, siempre con el líder del Brighton como emblema, fue determinante. Jurrien Timber, uno de los zagueros centrales neerlandeses, lo sufrió en carne propia: “Fueron realmente agresivos, más agresivos que nosotros hoy. Lo bueno es que nos llevamos un punto, es un buen punto”.

Steven Berghuis, quien ingresó desde el banco a veinte minutos del final para renovar su dispositivo ofensivo, también lo padeció: «Ellos eran duros, tenían mucha energía y eran poderosos en la ofensiva. Después del gol del empate, ellos presionaron y nos sentimos un poco como si estuviéramos sobreviviendo. Estuvimos descuidados con el balón, perdimos la posesión con demasiada frecuencia y eso hace que sea difícil encontrar en el juego. No creamos muchas ocasiones y al final nos llevamos un punto».

Galíndez cree que Gustavo Alfaro juega un papel fundacional en el rendimiento del combinado que defiende desde el arco: «Vino a cambiarnos la mentalidad a todos, a hacernos creer que todo es posible en el fútbol. Que respetemos a Países Bajos como un posible candidato al titulo pero que adentro de la cancha seamos los 26, no solamente once. La buena energía de los muchachos en el banco, se nota, son órdenes de él y del cuerpo técnico. Nos obliga a estar al máximo nivel, a no creernos más ni menos que nadie, y es alguien que le hizo muy bien al fútbol ecuatoriano».

La inclusión de Porozo fue el segundo acierto de Alfaro en esta Copa Mundial de Catar. El primero, que mantuvo ante los neerlandeses, fue la elección de Michael Estrada como titular. Si bien aún no ha marcado goles y apenas desperdició una acción peligrosa ante Países Bajos, su presencia libera a un Enner Valencia que sigue haciendo historia: marcó los últimos seis goles de Ecuador en la Copa Mundial. Con Estrada como único punta y responsable de fijar a los centrales, Valencia tiene la potestad de moverse por todo el frente de ataque para dejar sin referencias a la última línea rival. Indetectable, siempre está presente en otra de las decisiones que apuntalan la masterclass de Gustavo Alfaro en Catar.