Alberto Fernández afirmó que había ofrecido la Casa Rosada como lugar de encuentro entre la Selección Argentina y la multitud, pero admitió que la AFA y los jugadores tomaron la decisión de dirigirse al Obelisco. Lo cierto es que el viaje hacia el monumento histórico del país se frustró, aunque Fernández dijo que el objetivo era que los deportistas recibieran el cariño y la alegría del pueblo. Por otra parte, el mandatario se quedó con la espina de no poder ver a los campeones y manifestó que ya tendrá tiempo de hablar con Lionel Messi y Scaloni.
«Yo lo único que hice fue hacerles saber a las autoridades de la AFA que tenían la Casa de Gobierno a disposición, y ellos eligieron otra cosa y es muy respetable; ayer el homenajeado no era el Presidente sino los jugadores, así lo interprete siempre», expresó el líder del Frente de Todos en declaraciones citadas por la agencia Télam tratando de aclarar que siempre buscó la comodidad de los jugadores y no armar una escena política.
«Se hizo todo en clima de mucha tranquilidad, armonía y paz; no hubo excesos ni abusos. Lo que quería simplemente era que vieran y recibieran la alegría del pueblo y se reconfortaran con el cariño y eso lo logré. Esa es mi alegría. Para ver o hablar con Messi o Scaloni habrá tiempo, pero ahora el tiempo es de ellos», señaló el exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner.
«No le asigna ninguna trascendencia a que hayan ido o no a la Casa de Gobierno. En lo personal, si tuvo que ver con no mezclar el fútbol con la política, me encanta estar haciendo escuela», aseguró Fernández y luego agregó que la Selección es de todos, «no del Frente de Todos, ni de la oposición» y explicó que consiguió el objetivo de que los jugadores recibieran «el cariño y la alegría del pueblo».
«Si los jugadores no pudieron llegar a la autopista 25 de Mayo para saludar, puede ser una frustración que vive la AFA y la selección, pero si uno mira la alegría que hubo en la calle, el objetivo estuvo cumplido», concluyó el dirigente de 63 años contradiciendo al Chiqui Tapia que dijo que no ir al Obelisco fue una pena para todos los argentinos.