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POLÍTICA

Cristina Kirchner pidió recusar el juez Julián Ercolini tras el viaje a Lago Escondido

Cristina Kirchner pidió separar de su cargo a Julián Ercolini tras haber viajado a Lago Escondido con dirigentes macristas.

Estados Unidos

En la primera semana de diciembre salió a la luz que jueces, fiscales y funcionarios de Juntos por el Cambio viajaron a Lago Escondido de manera privada. Al trascender esto se generó un escándalo y Cristina Kirchner lo utilizó como argumento para demostrar el manejo judicial en su contra luego de ser condenada por la Causa Vialidad.

Ahora la exmandataria reapareció en Twitter con un hilo en el que anunció que va a recusar al juez Julián Ercolini. «He instruido a mi abogado para que recuse al juez Ercolini en la causa en que investiga las maniobras ilegales llevadas a cabo por Alberto Abad y Leandro Cuccioli desde la AFIP, durante la gestión de Mauricio Macri, para perseguirnos a mí y a mis dos hijos«, escribió.

«La causa se originó a partir de los hechos denunciados e investigados por los órganos competentes de la AFIP, como así también de la documentación hallada en dicho organismo», agregó la líder del Frente de Todos. También sumó a la publicación un documento oficial que fue presentado en la Justicia por sus abogados contra el juez.

Sobre el pedido realizado, Cristina Kirchner explicó que «la recusación a Ercolini se fundamenta en su ya célebre viaje a Lago Escondido junto con otros jueces, funcionarios de Rodríguez Larreta, agentes de inteligencia y directivos del grupo Clarín Telecom». De esta manera, una nueva batalla entre la líder del kirchnerismo y los jueces se aproxima.

Los fundamentos de Cristina Kirchner

Dentro del comunicado, Cristina Kirchner, por medio de su abogado, recordó las dos condiciones esenciales de la garantía del juez natural: «a) los Jueces deben ser independientes frente a los demás poderes del Estado, en particular, del Poder Ejecutivo, que tiene expresamente vedado entrometerse en el funcionamiento de la justicia (art. 109, CN). B) los Jueces deben ser imparciales, es decir, deben actuar como terceros respecto de las partes, ajenos a sus intereses y libres de prejuicios sobre los hechos y los protagonistas del pleito».