Siempre dispuesta a decir lo que piensa. De esta manera es como se muestra nada más y nada menos que Cristina Pérez en su programa de Radio Rivadavia, «Cristina Sin Vueltas». Allí, a través de un editorial tajante, habló de un nuevo aniversario de la recuperación de la democracia en nuestro país, analizando el escenario político.
«El sábado, mientras los canales de TV hacían una verdadera pericia de las tensiones entre los equipos de Argentina y los Países Bajos, el país entraba, entre los sopores del calor y la adrenalina futbolera, al año 40 de su democracia. El aniversario 39 de aquél 10 de diciembre del 83 en que asumió como Presidente Raúl Alfonsin, llevó al historiador económico Pablo Gerchunof a definir: ‘Hoy comienza el año alfonsiniano’, que culmina el 10 de diciembre de 2023. No es un año alfonsinista. Es el año de la nación entera», afirmó.
«En ese tiempo preciso, un año clavado, hoy menos dos días, el país no sólo tendrá un nuevo presidente, sino que transitará por los procesos internos que el cumplir décadas implica: como nos pasa a todos, nos lo propongamos o no, pensaremos colectivamente cómo llegamos a estos 40 de democracia. También es cierto, que la sociedad, conscientemente o no, sabe hoy que hay que afrontar problemas de una vez por todas. Eso podría ser una gran oportunidad. Pero ¿están listos los líderes políticos para resolver esos problemas? ¿Saben cómo hacerlo? Es lo que la política ante todo debe metabolizar para tener qué ofrecerle a la sociedad que ya no quiere sólo fulbito para la tribuna», lanzó.
Delante de sus oyentes, Cristina Pérez decidió ir por más. «Es curioso, porque luego de saberse que Cristina Fernández no será candidata a pesar de qué podría, el peronismo entró en crisis deliberativa, y para muchos críticos hasta la oposición deberá recalcular por el paso al costado de la señora. En un mundo agrietado, los unos se definen por los otros. Sin embargo, ninguno se puso a pensar que tal vez Cristina Fernández es la primera en reconocer un humor social, que más allá de la política y su endogamia, le indica, que no debe presentarse porque simplemente no ganará. Hoy no le alcanzan los números para ganar una presidencial. Tan simple como eso», lanzó.
Inmediatamente, la también periodista de Telefe, redobló la apuesta. «Pero el escenario es más amplio. La política toda debe pensar qué ofrecerle a una sociedad que ya no se conforma con ganarle al otro. Como todos cuando llegamos a los 40, el país se da cuenta de que ya no se puede perder tiempo. En estos días en que la ilusión del fútbol cura un poco el bajón, es llamativo que no haya embobado a nadie. El público separa las cosas. Tanto es así, que el gobierno no puede capitalizar el mundial y la oposición debe rendir examen de eficiencia y claridad», aclaró.
«El político que no entienda que a los 40, llega la hora de la verdad de la democracia, corre el riesgo de quedar afuera de su propio tiempo, y no hay nada peor para un político que volverse obsoleto. Cristina luego de tanto griterío quedó obsoleta para ofrecer futuro, porque sólo propone un pasado ilusorio. Peor son muchos los que corren el riesgo de que la gente les diga: ‘Qué mirás, bobo, andá pa’ llá’. Es el fin de la paciencia. A los 40, es otra cosa», sentenció Cristina Pérez.