Siempre dispuesta a decir lo que piensa. De esta manera es como se muestra en cada oportunidad Cristina Pérez, una de las periodistas más reconocidas y queridas por parte del público. Esta vez, la conductora que se luce tanto en Telefe junto a Rodolfo Barili, como así también en su programa de Radio Rivadavia, apuntó contra el presidente Alberto Fernández.
«En las últimas 72 horas, Alberto Fernández, demolió lo que quedaba de su autoridad presidencial. Pero no se puede culpar a nadie más que a él en este proceso de degradación. Así será recordado y no como el campeón de tres copas. Será recordado como el presidente que degradó la institución presidencial, literalmente. La bajó de jerarquía, y la rebajó sometiéndola a humillaciones, pero además la traicionó, con la cesión de su propio poder en pos de una transacción oscura de su pacto con Cristina Kirchner, cuya letra chica nunca conoceremos del todo», comenzó asegurando.
«Alberto Fernández ganó formalmente su presidencia por los votos. Pero fue una especie de transferencia delegada, donde él aportaba la expectativa de moderación social que acolchonando los votos vitales del núcleo duro kirchnerista les concedió el triunfo. Él no fue capaz de despegarse de esa plataforma que le permitió llegar al poder para construir su propia impronta. Terminó traicionando esa primera expectativa porque simplemente no estuvo a la altura, porque no era eso. Y ese resultó el primer fraude», afirmó la conductora.
Tajante
Inmediatamente, Cristina Pérez decidió ir por más. «Un presidente que desmantela su propio poder, que confiesa que elige no asumir el liderazgo, ya es un hecho dramático para la noción de autoridad en un país presidencialista. Pero encima como de todas maneras está en la cúspide del poder, lo que baja desde allí es la confusión y la anomalía que implicaron su rendición permanente. Alberto al gobierno, Cristina al poder, fue la verdadera fórmula siempre. Esa disfuncionalidad no iba a transcurrir sin consecuencias. Y lo que acaba de ocurrir con el fallo de la Corte a favor de la ciudad es el último acto de un drama institucional de enorme gravedad», apuntó.
«El simple hecho de que el presidente haya decidido incumplir un fallo de la Corte, poniendo en duda el imperio de la ley en la República Argentina, aunque la decisión se haya sostenido sólo por tres días, significa haber cruzado un límite del que no se vuelve. Que lo haya contemplado siquiera, en los bordes de la sedición, marca un punto de no retorno para él y la investidura que debería representar», afirmó. «Hay dos hechos que grafican en estas horas la ruina del desprestigio presidencial. Uno, es netamente simbólico. La selección campeona de fútbol prefirió no saludarlo en Casa Rosada. El otro es constitutivo de la tragedia: alumnos de la facultad de derecho donde enseña, pidieron suspenderlo aduciendo vergüenza», concluyó Cristina.