"No podía parar de llorar": la historia de Griselda Siciliani en América TV

ESPECTÁCULO

«No podía parar de llorar»: la historia de Griselda Siciliani en América TV

La actriz rememoró un momento complicado que vivió hace unos años y sorprendió.

Griselda Siciliani

Griselda Sicialini es una de las actrices más conocidas de la actualidad por su roles tanto en apuestas teatrales como televisivas. Más allá de su éxito profesional, la famosa se tomó unos minutos para hablar de otros eventos de su vida en América TV cuando visitó a Florencia Peña en el programa «LPA».

Relajada frente a la entrevista de su colega, Griselda recordó una vez que le quisieron robar cuando tan solo era una joven. «Una vez me quisieron robar en la parada del colectivo 166 en Juan B. Justo y Nicaragua. Me acuerdo perfecto porque lo tomaba todos los días para volver de algún ensayo o de una clase».

«Era muy joven. Me quisieron robar unos chicos en bicicleta», agregó. «Yo tenía una mochila roñosa llena de cosas roñosas del ensayo, todas chivadas, un asco. Tenía mi sueldo, que recién había cobrado. Creo que eran 300 pesos. Me quieren robar, yo me largué a llorar», relató la famosa con una sonrisa.

Además, rememoró la angustia de ese momento en particular: «No quería que me sacaran las cosas, tenía unas zapatillas de danza. No quería que me sacaran mis cosas personales. Empiezo a llorar y a llorar. Se ve que los chicos se conmovieron y ellos estaban con un cachorrito. Yo iba a la casa de mis viejos para Villa Luro. No podía parar de llorar y me empezaron a decir: ‘Bueno, no llores'».

«Creo que un poco les di pena y otro poco se pusieron nerviosos. Les di tanta pena que me quisieron regalar el cachorrito», dijo la actriz en América TV sorprendiendo con ese final inesperado. «¿Pero te lo intercambiaban o te dejaban todo?» le consultó Diego Ramos, que también participa del programa.

A los segundos, Griselda replicó y finalizó con la anécdota: «Me dejaron todo y me dijeron: ‘¿Querés el cachorrito?’ Y me dijeron: ‘Si tenés algún problema por acá, decí que sos amiga de los pibes del galpón’. Se conmovieron y quedé protegida. Igual, después me subí al 166 y los vi que estaban afanando a alguien en frente».

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