Historias de emprendimiento y de cambio rotundo de vida se han escuchado miles, especialmente en este último tiempo al calor de la crisis. Pero sin embargo, los relatos siguen sorprendiendo. Uno de ellos es el de Teo Aguer, un hombre que decidió dejar su trabajo y unir sus dos pasiones: el café y las bicicletas. Por eso, lanzó un novedoso y moderno sistema de venta de este producto en su propio rodado.
Aguer es el líder de «Coffee Bike Ruffus«, que actualmente tiene su punto fijo en la esquina de Gorriti y Gurruchaga, en el barrio de Palermo (CABA). Allí se muestra de jueves a domingo, pasado el mediodía y hasta entrada la noche. La iniciativa nació solo hace un año, tras la pandemia. «Une las dos cosas que me encantan: soy adicto al café y me gustan las bicis», dijo el emprendedor.
Teo Aguer debió soportar muchos obstáculos en el camino de llevar a cabo esta idea. La misma no es novedosa, ya que se asemeja a muchos puestos ambulantes que venden helado, bebidas o hasta café desde termos, pero en su caso se une que desplega una tabla de madera de su propio rodado y pule los granos de café a través de las distintas prensas.
«Vengo pedaleando, porque me encanta andar. Y acá armo todos los elementos que necesito, caliento el agua y empiezo a hacer café. Es uno muy especial, el expreso manual», comentó recientemente para el sitio «Talento Argentino«. La combinación de la especialidad premium y el hecho de ir cambiando de locación lo vuelven una experiencia inédita.
Aguer destinó para esta inversión cerca de mil dólares, ya que debió rediseñar por completo su bicicleta para adaptarla a esta nueva modalidad comercial. Ahora su negocio sigue expandiéndose, ya que es contratado para eventos, casamientos y cumpleaños, y lanzó para el verano un nuevo tipo de café: el 7Up Coffee, que mezcla la gaseosa lima limón, hielo y expresso.