Este jueves, el papa Francisco encabezó el funeral del papa emérito Benedicto XVI, quien falleció el pasado 31 de diciembre a los 95 años. Durante la homilía, comparó a su predecesor con Jesús ante decenas de miles de personas en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
En la ceremonia participarán unas 100.000 personas y es concelebrada por 120 cardenales, 400 obispos y 4.000 sacerdotes. El ataúd de madera de Joseph Ratzinger partió desde la Santa Sede entre los aplausos de los fieles y será enterrado en la cripta donde descansó Juan Pablo II hasta su beatificación en 2011, ocasión en la que su ataúd fue llevado a una capilla de la basílica, informó NA.
Una vez finalizada la ceremonia, Francisco se acercó al féretro para tocarlo y así despedirlo definitivamente antes de que su viaje final a las grutas del Vaticano. En su homilía, Francisco utilizó más de una docena de referencias bíblicas y escritos de la Iglesia en los que parecía comparar a Benedicto con Jesús, incluida su última palabra antes de morir en la cruz: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
Clérigos de todo el mundo, un puñado de jefes de estado y miles de fieles asistieron a la ceremonia mientras el sol atravesaba lentamente la niebla, publicó Reuters. Debido a que Benedicto XVI ya no era jefe de Estado cuando murió, solo dos países, Italia y su Alemania natal, enviaron delegaciones oficiales.
Se estima que unas 200.000 personas desfilaron frente al cuerpo de Benedicto XVI hasta el miércoles por la noche. Si bien muchas figuras destacadas han elogiado a Benedicto XVI desde su muerte, también se han expresado críticas. Incluso por parte de víctimas de abuso sexual del clero, que lo han acusado de tratar de proteger a la Iglesia a toda costa.
