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SOCIEDAD

El lenguaje corporal de Máximo Thomsen durante la sentencia: ¿Mintió con el desmayo?

Un especialista analizó el lenguaje corporal de Máximo Thomsen y otros rugbiers durante la sentencia.

Máximo Thomsen

El pasado 6 de febrero se conocieron las condenas para los ocho acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa. Finalmente, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Ciro y Luciano Pertossi recibieron cadena perpetua. Por otro lado, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi estarán 15 años en la cárcel por ser considerados partícipes necesarios del hecho pero al no haberle pegado al joven fallecido el 18 de enero del 2020, decidieron reducir sus penas.

Sin embargo, durante la lectura de la sentencia sucedió un hecho inesperado: Máximo Thomsen se desmayó y desalojaron la sala. Ahora el especialista en lenguaje corporal, Hugo Lescano, lo analizó y dio su postura acerca de este hecho. «Máximo Thomsen no mintió con el desmayo«, afirmó el analista luego de ver el video en C5N.

«Tuvo un vahido, y ninguno de los que estaban alrededor de él, nadie se comprometió, nadie tiene empatía con él», aclaró el especialista. Además, remarcó que dentro del grupo de los rugbiers «no hay liderazgo, porque si el líder se cae, alguien lo toca y nadie lo hizo. Todos siguieron mirando al frente», destacó Lescano al respecto.

El lenguaje corporal de los otros rugbiers

Por otra parte, remarcó que Blas Cinalli «miraba al cielo, arriba y por alguna razón él se ve aferrado a alguna creencia. Está aliviado y no tiene signos de sufrimiento en el rostro, sobre el joven que fue condenado a 15 años de prisión. Debe tener alguna vuelta mística, algún contexto religioso, y en el alegato él ya miraba hacia arriba en varias ocasiones«, afirmó.

También Lescano subrayó que Ayrton Viollaz se tomó la cabeza, se tapó los ojos y ocultó su cara, gestos que dejan en evidencia que es «una persona que hace tanto en un solo movimiento, está en una crisis emocional muy intensa«. Lo mismo aplica para Matías Benicelli, de quien remarcó que mostró «gestos adaptadores a un nivel de muy alto».