Atlético Madrid y Real Madrid empataron 1-1 por la fecha 23 de La Liga de España gracias a los goles de los uruguayos Josema Giménez y Álvaro Rodríguez. En este clásico madrileño, Ángel Correa fue expulsado por un codazo contra Antonio Rudiger y la decisión generó un gran enojo en el Colchonero, que lanzó varios posteos en sus redes sociales.
«Nada nuevo en el Bernabéu», publicó Atlético de Madrid, publicó en su cuenta oficial de Twitter luego del pitazo final, dando a entender que las polémicas decisiones arbitrales suelen favorecer a los locales en el estadio del Merengue. Minutos más tarde, el Colchonero compartió una imagen en Instagram de la pierna del volante de la albiceleste con sangre y el siguiente texto: «Así está la pierna de nuestro ‘agresor’. Seguimos sin novedades en el Bernabéu».
La expulsión de Ángel Correa
A los 18 minutos del complemento, Angelito tuvo una reacción desmedida ante la marca de Rudiger. A la espera de que se ejecute un lateral en favor de la visita, el atacante argentino le metió un codazo en el pecho al defensor alemán que lo estaba agarrando. Sin necesidad de revisar la jugada, el árbitro Jesús Gil Manzano no dudó en mostrarle la tarjeta roja.
La furia del Cholo Simeone
«Puede ser amarilla, pero si expulsás a un jugador por esa situación no quedarían jugadores en el campo. En nuestro caso se está haciendo normal y sería bueno que pudiéramos competir todos de la misma manera», dijo el estratega de 52 años luego del derby en diálogo con Dazn. «El árbitro está cerca de la jugada, pero también está el VAR y tenemos la posibilidad de ver que el golpeo o el contacto no tiene la violencia como para sacar a un jugador de la cancha. No sabemos si le llamó o no. Rudiger es grande, Correa chiquito…», agregó.
Para finalizar, el DT argentino le quitó responsabilidad al juez principal: «Esto es como los penales, ¿hasta qué punto la jugada te dice si el contacto es tan agresivo para que sea falta o no? Son decisiones. Nos tocó una vez más no tener a favor nuestro este tipo de jugadas. Y el VAR nos permite encima tener la posibilidad de ver la jugada y darle una ayuda al árbitro, que creo que le tenía que avisar que el golpe no fue tan grave. No sé si conversaron con el VAR. El contacto no fue tan violento para que uno de 1,94 se caiga desmayado».
