Después de estar durante más de cinco meses dentro de la casa más famosa del país, Marcos Ginocchio fue elegido por el público y se convirtió en el ganador de Gran Hermano, el reality que condujo Santiago del Moro a través de la pantalla de Telefe. Con el correr de los días, se ha encargado de dar a conocer parte de su historia de vida.
Esta vez estuvo presente en «A la Barbarossa», el programa que se emite en la misma señal del solcito, donde reveló qué fue lo que vivenció durante su adolescencia. «Sentí que no podía salir, que cada vez que trataba de dar un paso, volvía a caer. Una noche llegué llorando desconsolado y dije ‘Dios, por favor, ayudame, no sé que querés de mí. Si no estoy con vos, si no me ayudás, no voy a poder hacer nada'», afirmó.
«Desde ese día todos los pasos que daba fueron para arriba», aclaró Marcos de Gran Hermano. «¿Tu fe te hizo salir de la depresión?», le preguntó Georgina Barbarossa.
«Sí, sentía que no podía estar peor. Ya no daba más. Eran muchos problemas digestivos, no la podía digerir a la comida, me hacía perder el apetito, no podía comer, fueron muchas cosas no solo una», lanzó.
Además, se encargó de hablar de sus padres. «Mi mamá cuando íbamos al colegio se quedaba en el auto 7 horas y nos esperaba. Ella lo disfrutaba. Leía, bordaba, hacía manualidades… Siempre estaba contenta con eso. Su vida éramos nosotros tres. Todas las cosas que hacía eran por y para nosotros. Ahora como soy más grande me doy cuenta de todas las cosas que dejó de hacer por nosotros y lo valoro tanto», señaló.
«Con mi mamá tenemos una relación súper linda, tenemos mucha confianza. Le cuento todo lo que me pasa y ella me cuenta todo lo que le pasa. Es muy lindo. Con mi papá la relación es como con mi mamá. Admiro tanto cómo es él como persona. No es tan tranquilo como mi mamá, habla más, se expone más, le gusta hablar con todos… Es tan dulce, una persona tan transparente», finalizó Marcos.
