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POLÍTICA

Domingo Cavallo fustigó al Gobierno por la economía: «Es mucho peor que el de De la Rúa»

Domingo Cavallo no tuvo ningún revés a la hora de hacer un análisis y pronosticar un futuro preocupante.

Domingo Cavallo

Domingo Cavallo fue contundente a la hora de referirse a la situación actual de la economía argentina. El economista no tuvo ningún revés a la hora de hacer un análisis y pronosticar un futuro preocupante. Se animó a comparar la economía de décadas pasadas donde se generaron severas crisis como en los años 80´ y 90´. Le reclamó al Gobierno nacional una estabilidad de ayude a mejorar el panorama.

El ex funcionario marcó su conocida disidencia con la actual administración nacional. En ese sentido enumeró todos los problemas que hay en la actualidad y dio su visión de por qué no se consigue modificar la coyuntura. «El Estado pretende ocuparse de todos los temas económicos y controlar todo, descuida los temas fundamentales como la seguridad y la educación», expresó.

«La gente en lugar de buscar trabajo busca planes, este Gobierno hizo todo al revés», añadió a su comentario en A24. Sin embargo prosiguió con su crítica a la que acostumbra: «Se incorporaron 1.200.000 personas en el Estado, eso es poner a la gente en oficinas en donde se molestan unos con otros a hacer tareas totalmente improductivas», advirtió.

Pese a que sus cuestionamientos fueron direccionados hacia el Poder Ejecutivo, Domingo Cavallo le puso nombre y apellido a los que, para él, son los máximos responsables del problema: «Alberto Fernández y Cristina no entienden nada, tienen ideas totalmente equivocadas o buscan objetivos que no tienen nada que ver con lo que le interesa a la gente», enfatizó el economista.

El exministro de Economía aseguró que la situación económica «es tan grave como al final de los ’80 y principio de los ’90. Es mucho peor que el de De la Rúa«, disparó. Como cierre, recomendó que el Gobierno busque una estabilidad que es necesaria para que la crisis no se extreme aún más. Cavallo argumentó que los problemas de debilidad política podría desembocar en una hiperinflación.

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