Billy Kenny, una joven promesa del fútbol inglés de la década del ’90, que llegó a jugar en la Primera del Everton y a debutar con la Selección Sub-21 de Inglaterra, participó de una entrevista con el medio Liverpool Echo. En la misma relató cómo los excesos y las adicciones lo obligaron a cortar con su carrera profesional a los 21 años.
«Nunca tomé una cerveza hasta que llegué al primer equipo del Everton. Era una especie de norma… Sentía que tenía que encajar en el equipo porque en ese momento era solo un niño. Fue entonces cuando bebí alcohol y consumí cocaína durante 25 años sin parar. Ha sido un no parar. Me sorprende que todavía esté vivo. Simplemente, me levantaba, consumía, bebía dos días, tres días bebía, dos días de dormir, comer comida china y volver a lo mismo», expresó la promesa de fútbol surgida en The Blues.
En la misma línea, continuó lamentando decisiones que tomó en aquel entonces: «Fui un egoísta de mierda. Todo lo que yo quería era alcohol y drogas. Este es mi mayor arrepentimiento y no se va a ir: lo que le hice a mi padre y a mi madre». Kenny llegó a jugar 17 partidos en el Everton, cuatro con el Oldham Athletic y dos con el Barrow AFC (club amateur).
Al día de la fecha, Billy puede decir que está libre de adicciones. «Soy consciente de dónde me equivoqué cuando era más joven. Puedo ver que claramente necesitaba ayuda, pero la ayuda no estuvo allí para mí. Tengo una segunda oportunidad en la vida», afirmó. Durante la pandemia, comenzó a escribir la historia de su vida y armó un guión que se convirtió en una obra de teatro y una nueva fuente de trabajo que lo ayuda en una lucha que es día a día.
«Jugué en el Everton y nadie puede quitarme eso. Lo disfruté. Ahora, esto es otra fase de mi vida y estoy empezando a disfrutarlo. Todavía tengo mis días malos, en los que tengo que trabajar muy duro para mantenerme cuerdo y sobrio, pero siento que la vida me va muy bien», aseguró quien alguna vez fue el mejor jugador de un partido entre Everton y Liverpool.