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ESPECTÁCULO

Pepe Cibrián se sinceró sobre lo que vivió en su infancia

El artista detalló cómo fue crecer en un ambiente de artistas desde temprana edad.

Pepe Cibrián
Pepe Cibrián

Pepe Cibrián sigue gestando nuevos proyectos y en ese marco se remitió a sus orígenes en la profesión artística. Para ser más precisos, el creador de la versión local de “Drácula” habló de la crianza que le ofrecieron sus padres, dos reconocidas figuras en la industria del entretenimiento local.

“Fue una  infancia solitaria”, comentó Pepe Cibrián al comienzo de la nota con Infobae. Sin embargo, el famoso aclaró: “No por falta de amor, pero mis padres eran dos grandes figuras y hacían de todo: cine, teatro, radio y después se iban a comer. Llegaban a casa muy tarde”.

“Yo iba a medio pupilo, mamá se levantaba muy tarde y a papá lo veía dos segundos. Cuando volvía a casa, a eso de las seis de la tarde, nunca estaban. De vez en cuando me dejaban ir al teatro para estar ahí. Era mi pasión”, contó posteriormente sobre su rutina.

Acto seguido, Cibrián dijo que contó con la asistencia de una persona importante en la niñez: “Tenía una niñera mexicana que fue quien me crio desde que nací hasta que tenía once años. La amo y la recuerdo. Después me criaron las mucamas… era una casa tan grande. Vivía en un petit hotel de tres pisos con entrada para caballos en Callao entre Alvear y Posadas”-  

 Para concluir con el tópico en diálogo con Revista Gente, Pepe Cibrián manifestó: “Los padres actores de ahora tienen más conciencia, pero antes no estaba planteado social y culturalmente esa paternidad o maternidad. Mis padres me amaban con pasión. No lo reprocho, pero eso no significa que no lo haya padecido. Sufrí mi soledad. Eso me generó imaginar duendes, fantasías y situaciones que me permitieron crear. Me armaba mundos”.   

Reconciliación

Tras su mediática separación, el actor volvió a apostar a su vínculo con Nahuel Lodi y comentó como fue el nuevo proceso de pareja que viven: “Si él no hubiese tomado esa iniciativa, a mí me hubiese costado más por temor al rechazo. Ya estoy grande y no tengo ganas de sufrir eso. Pero él es más valiente. Le había pedido que no me hablara, ni me escribiera, y sin embargo rompió esa regla, afortunadamente. Fue algo valiente, que me parece maravilloso”.