Mucho revuelo fue el que se generó días atrás con salida de Romina Uhrig de Gran Hermano. Y es que la exdiputada salió de la casa más famosa del país junto con Caramelo, uno de los perritos que ingresaron por decisión de la producción. Esto indignó a muchos fanáticos, y ella debió salir a explicar qué fue lo que sucedió con el perrito.
Y es que según su relato, la mascota de la casa quedó en manos del veterinario del reality. «Cuando fui a placa con Camila le pregunté a la producción si me lo podía llevar y me dijeron que no. Pero después de esa eliminación me dijeron que me lo lleve. Yo si sabía que se iba a ir con veterinario ni lo sacaba», apuntó, sin pelos en la lengua.
Esto no fue todo, ya que también Santiago del Moro se encargó de dar más detalles al respecto. «Lo tiene el veterinario y van a hacer una adopción responsable con ella. Los dos perritos entraron a la casa para ser adoptados. Obviamente que podía ser juntos, o no. Ella eligió a uno y Marcos a otro», manifestó el conductor frente a las cámaras.
Contundente
Cabe recordar que en su momento, el veterinario de Gran Hermano habló sobre el trato que una de las hijas de Romina le dio al perrito en su visita. «Más allá que la pequeña niña estaba viviendo muchas cosas fuertes por ver a su mamá después de cinco meses, su reacción con Caramelo es casi la esperada por un niño. Sin embargo, es aquí donde la responsabilidad del adulto aparece. No se le puede dar la responsabilidad a un chico o a un adolescente cuando a quien le corresponde esta tarea es al adulto», afirmó.
«Es mejor pensar desde un inicio si tenemos condiciones de poder cuidarlo. Este es el planteo que yo hago a Romina, o a quien sea que finalmente adopte a los perritos. Es decir, cuestionar si tienen posibilidad, el tiempo… La idea de los perritos en la casa es generar consciencia y responsabilidad a la hora de adoptar. Porque los perros no son juguetes y los adultos son los responsables de dar esta enseñanza», sentenció.