Ha sabido muy bien de qué manera ganarse el cariño de la gente con su forma de ser, de comunicar y de analizar lo que sucede en la escena política de nuestro país. Esta vez, fue en «Cristina Sin Vueltas», el ciclo que lleva adelante a través de la pantalla de Radio Rivadavia, donde Cristina Pérez no dudó en hablar sobre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su hijo Máximo y La Cámpora.
«Uno de los fracasos más estruendosos de Cristina Kirchner no es el que más vocifera: su desprecio y destrato al presidente que ella misma entronizó. Es el fracaso que disimula el que más la angustia: la decadencia de La Cámpora, esos jóvenes viejos que sin las cajas del estado y sin ella no tienen nada que ofrecer, y el fracaso de su hijo Máximo en convertirse en un líder», comenzó asegurando.
«La Cámpora es una agrupación de ex jóvenes, porque ya pintan canas. Pero las canas no trajeron ni madurez ni autonomía política. Durante años, la señora forzó a los caciques del peronismo para que les dieran lugares estelares y para impregnar la estructura del movimiento con su armada sectaria. Hoy se produce la paradoja de que ocupan las principales cajas del Estado, pero actúan como opositores al gobierno al que pertenecen sin que eso les genere un mínimo escozor moral. Patean la puerta del directorio pero siguen llevándose los dividendos», lanzó.
Contundente
Delante de los oyentes, Cristina Pérez continuó con su editorial. «En estos días se palpa el nerviosismo porque el poder entró en tiempo de descuento y como la señora no generó sucesión, con ella fuera de la competencia, no sólo quedan huérfanos sino extinguidos. La desesperación de Máximo Kirchner reclamándole cargos para la militancia al gobernador Kicillof, muestra que su única proyección es asegurar el conchabo en la función pública cuando ya no haya puestos para ocupar a nivel nacional», aclaró.
«Hoy Máximo es uno de los políticos con peor imagen del país y también el hazmerreir en la decadencia kirchnerista. El destino de La Cámpora, está atado a la decisión de Cristina de ser candidata. Al menos, esperan que ella se postule como senadora. Nadie despreciaría tener fueros con las causas judiciales que enfrenta. La Cámpora falló incluso cuando tuvo que cuidar a la vicepresidenta, porque eran ellos los que se encargaban de su seguridad en el perímetro de su casa cuando se produjo el atentado de los copitos. Fueron su guardia pretoriana y fallaron. Luego también falló la custodia. Ella nunca querrá admitirlo pero hasta la pusieron en peligro», sentenció Pérez.