La IFAB (International Football Association Board), organismo encargado de reglamentar el fútbol a nivel mundial, está trabajando en dos ideas para cambiar la manera en que se controla el tiempo de juego en un partido. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, abrió el debate que se tratará este 4 de marzo en Londres durante una asamblea.
La primera idea es establecer un criterio más estricto sobre el control del tiempo perdido. Esto desencadenaría en periodos de “tiempo extra” mayores a los acostumbrados, tal como ocurrió en el Mundial de Qatar 2022. En este contexto, la última Copa del Mundo fue un claro ejemplo de la intención que tiene la FIFA y que a menor escala se comienza a aplicar en las diferentes ligas.
La otra posibilidad, mucho más revolucionaria, es detener el reloj en una serie de acciones donde el juego se para, como los festejos de goles, sustituciones de jugadores, chequeos de jugadas en el VAR y lesiones. Esta última alternativa obligaría a modificar la duración de cada etapa de juego, dado que los 45 minutos más las detenciones extenderían demasiado el tiempo total del juego.
Vale recordar que cualquier tipo de modificación primero se prueba durante un año en algunos torneos FIFA (usualmente de categorías menores) y luego, de resultar exitosa, se amplía al resto de las federaciones. Por tanto, habrá que esperar al menos hasta 2024 para saber si los partidos de fútbol no seguirán siendo de 90 minutos.
¿La FIFA cambia el fuera de juego?
En lo que respecta al fuera de juego, nuevamente habrá un minucioso estudio en la regla y en especial a la participación de cada futbolista que se encuentra en offside. La intención sería beneficiar al atacante y una de las opciones es que solo la última parte de su cuerpo esté sobre la línea. Además, en la pasada reunión de la IFAB se calificó como “exitosa” la implementación del offside automático utilizado en el Mundial.