Cuando Argentina realizó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se establecieron una serie de objetivos y metas a cumplir. Entre ellas se destaca la de reservas internacionales, la cual marca cuántos dólares disponibles para gastar tiene el país. Con el paso de los meses y algunas decisiones políticas erradas, el BCRA quedó con números en rojo y Sergio Massa fue hasta Estados Unidos a negociar.
El ministro de Economía pidió un recorte en esta meta y luego de la cuarta revisión aceptaron el petitorio y rebajaron en US$ 1.800 millones la reserva de divisas, llegando así a US$ 5.000 millones para cuando termine el primer trimestre. Ya en 2022, desde la entidad advirtieron que «el cumplimiento de los objetivos trimestrales requerirá importantes esfuerzos de política. Los riesgos del programa ahora son más elevados debido a la situación económica menos favorable».
«Los riesgos de implementación del programa siguen siendo muy elevados dada la compleja situación económica, social y política interna. Mayor inflación y marcadamente menor crecimiento podría alimentar el descontento social y socavar el apoyo al programa, particularmente dado el ciclo electoral», detallaron desde el FMI al respecto.
En este marco, el organismo recomendó que se elabore la planificación de contingencias y políticas de manera urgente. Sobre ello, remarcaron que serán «indispensables para mejorar la probabilidad de éxito del programa» con ajustes y políticas cambiarias más estrictas que generen una mejor previsión de la economía a nivel nacional.
La recomendación del FMI
Por otro lado, el organismo recomendó eliminar las restricciones en el mercado cambiario. Esto conlleva un tipo de cambio más elevado con menos intervenciones del Banco Central. «Las tasas de interés reales deberían permanecer lo suficientemente positivas para hacer frente a la alta inflación y respaldar la demanda de activos en pesos», subrayaron, según NA.