Desde que terminó su relación con Rusherking, a la China Suárez se la vinculó con el trapero Trueno y esta versión tomó fuerza luego de que dejara de seguirse con Nicki Nicole, ex del músico, en Instagram. Sin embargo, en Intrusos, Marcela Tauro deslizó que la actriz estaría de novia con un empresario y buscó complicidad en Guillermo Coppola, que estaba invitado al piso del programa.
Ante esta situación, la China Suárez eligió cortar por lo sano y comunicarse con el exmánager de futbolistas para aclarar la situación. Tras el llamado, se descargó en sus historias de Instagram. “Dejen en paz a la gente. Llamé al señor que supuestamente dijo de mí que estaba con un nuevo novio, una vez más poniendo a la mujer en un lugar en el que les encanta poner”, arrancó la actriz en su cuenta personal.
Luego, sumó: “Me dijo que no sabe absolutamente nada de mi vida y que siguió el tema para no hacer nada quedar mal a nadie. Feliz día del trabajador, menos para los que se escudan en su ‘trabajo’ para joderle la vida a otros”, lanzó. Envalentonada, la China Suárez cerró: “¿Cuándo va a ser el día en que se termine esa forma de hablar de la vida de los demás? Con esa liviandad, decir una mentira, instalarla, y que quede ahí, en el aire”.
Una china con sangre japonesa
Sus rasgos le hicieron valer el apodo de China Suárez, pero en realidad este debería ser “japonesa”. Es que la madre de la actriz, Marcela Riveiro Mitsumori, es hija de Marta Mitzumori, quien era descendiente de inmigrantes japoneses. “Es muy largo ‘Japonesa’. A mamá le decían ‘Ponja’, pero no es muy tierno. ‘China’ me da más dulce”, explicó tiempo atrás la actriz.
El apodo de la China Suárez le significó incluso algún tipo de desplante: “Tuve un tema con el embajador japonés… Mi hermano está muy conectado con Japón y viajó muchas veces, yo todavía no tuve la suerte de ir. A mí el embajador no me invitaba a ningún lado y le terminó diciendo a mi hermano que no me querían invitar porque me decían China, pero tenía sangre japonesa”, contó en un programa de TV.