Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTAN custodiaban los ayuntamientos en el norte de Kosovo, étnicamente polarizado, por tercer día este miércoles, mientras el ministro de Defensa de Serbia, Milos Vucevic, inspeccionaba las tropas desplegadas cerca de la frontera con su antigua provincia tras las violentas protestas de esta semana.
Los disturbios llevaron a la OTAN a enviar tropas adicionales a la zona y la alianza y Occidente criticaron a Kosovo por no haber hecho lo suficiente para prevenir la violencia, durante la cual 30 soldados de la Alianza Atlántica y 52 manifestantes de etnia serbia resultaron heridos el lunes.
La organización confirmó que enviaría 700 soldados más para impulsar su misión de 4.000 efectivos en Kosovo, donde los serbios están enojados porque nunca se implementó un acuerdo de 2013 para establecer una asociación de municipios autónomos donde forman una mayoría en el norte.
Los disturbios regionales se han intensificado desde las elecciones de abril que los serbios en el norte de Kosovo boicotearon, dejando la victoria en cuatro alcaldías de mayoría serbia a candidatos del 90% de la mayoría albanesa étnica de Kosovo. El embajador de Estados Unidos en Serbia, Christopher Hill, manifestó este miércoles que podría haber movimientos adicionales, pero se negó a dar más detalles, informó Reuters.
«Queremos más progreso en Kosovo, queremos el establecimiento de la asociación de municipios serbios, queremos la normalización de los compromisos (comprometidos) por ambos países, incluida Serbia», dijo Hill. Vucevic visitó una base militar en Raska, cerca de la frontera con Kosovo, e inspeccionó a los soldados con tanques alineados detrás de ellos después de que el presidente Aleksandar Vucic pusiera al ejército del país en alerta de combate.
