Benjamín Vicuña está atravesando una etapa en la que se mostró más vulnerable y decidió abrir su corazón. Tras escribir un libro sobre el duelo que significó la partida de su hija mayor, el chileno dio diversos reportajes en los que repasó los momentos más oscuros de su vida y lo compartió a modo de catarsis.
«Recién a los dos años de la muerte de Blanca pude reunirme con el doctor que la atendió para que me dijera qué era lo que había pasado, porque la verdad era que no entendía un carajo. En su momento, no lo había entendido por el shock. Pero luego uno comienza a hacer ciertas conjeturas, imagino que por negación o enojo, y piensa que algo no se hizo bien, que algún responsable hubo, aunque en este caso no hubo ni mala praxis ni nada», confesó Benjamín Vicuña de entrada.
Y agregó: «Era lo que tenía que pasar, nada más». Además, el exmarido de Pampita diferenció el fallecimiento de su padre del de su hija: «El proceso de duelo por la muerte de mi papá es muy diferente. Uno se enfrenta al vacío y duele, porque no se está ciento por ciento preparado nunca, pero era un señor de 80 años hubo un orden natural».
«Una curva que sigue los ciclos de la vida, el otoño y la primavera, el amanecer y el ocaso. Mi papá ya había hecho todo lo que tenía que hacer. Un mes antes de morir, me llamó sin ningún motivo en particular y me dijo: ‘Te quiero decir que fui muy feliz'», expresó el artista que se hizo conocido por su participación en varios proyectos populares a nivel local.
Y continuó citando las palabras de su progenitor: «‘Me casé tres veces, viví el amor, viajé'». «En cambio, lo de Blanca es lo que no pasó, lo que no fue. Por eso es que me pegó tan fuerte el día en que tendría que hacer cumplido 15 años», remarcó el artista a modo de conclusión.