Hace dos semanas, Argentina arregló con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que las cuotas de junio las pagaría todas a fin de mes. Esto efectivamente sucedió, pero Sergio Massa no abonó en dólares los vencimientos, sino que le transfirió el dinero al organismo internacional en yuanes, moneda china que en las últimas semanas se habilitó para comprar dentro del país.
En total fue el proporcional a 2.700 millones de dólares y, desde el Ministerio de Economía, indicaron que también utilizaron DEGS para la transferencia. Este movimiento se realizó porque en el Banco Central de la República Argentina (BCRA) no cuenta con dólares para poder pagar las cuotas de la entidad financiera y realizaron esta combinación tras el acuerdo con el país asiático.
La próxima semana, funcionarios del Palacio de Hacienda viajarán a Washington, Estados Unidos, para negociar con el FMI el adelanto de desembolsos. Sergio Massa quería que le adelantan los 10.000 millones de dólares del 2023 pero en el organismo se lo rechazaron y ahora renegociarán para que, al menos, les giren 4.000 millones antes de las elecciones.
Las reservas en negativo
A raíz de este pago, Argentina quedó con las reservas operando en negativo y con pocos dólares a disposición. Las reservas internacionales del Banco Central sufrieron una caída de 2.851 millones de dólares tras el pago al FMI. Lo particular del hecho es que el desembolso no se realizó en la divisa extranjera pero de todos modos representó una fuerte caída.
De esta manera, las reservas cerraron en 27.933 millones de dólares. Por otro lado, las reservas de libre disponibilidad del BCRA ya opera con un nivel negativo cercano a los 5.000 millones de dólares. Esto muestra la debilidad de la Argentina, que busca cerrar con urgencia un anticipo de crédito por parte del Fondo antes de que caigan en un pozo todavía más profundo en lo económico.
Otro dato a tener en cuenta es que los niveles del Banco Central se encuentran de esta manera luego de que Sergio Massa acordó con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) US$ 157 millones, y el Banco Mundial (BM), por US$ 900 millones para realizar obras, lo que quiere decir que sin estos últimos giros debería ser todavía más duro el deterioro.