Alfredo Leuco le dedicó su segmento editorial al nuevo aniversario del atentado contra la AMIA después de repasar las noticias más relevantes del día. El trágico hecho se produjo hace 29 años, entonces el comunicador de Radio Mitre habló del suceso recordando una historia en particular.
“Seguramente usted conoce al actor Martín Seefeld. Se destacó en varias producciones pero, la más popular fue su participación en Los Simuladores, una de las obras maestras de Damián Szifrón. Seguramente usted no conoce demasiado la historia desgarradora que une a Martín con el atentado terrorista contra la AMIA”, empezó relatando Alfredo Leuco.
Tras la introducción, el periodista contó: “El 17 de julio de 1994, Martín y su mejor amigo de la vida se juntaron como tantos amigos a ver la final del mundial de fútbol. Comieron pizza sentados en el suelo frente a la tele y compartieron el agónico triunfo por penales de Brasil ante la selección de Italia. Después se quedaron charlando y compartiendo tantas risas como anécdotas. En un momento, Fabián Schalit le dio un beso intenso y prolongado a su amigo Martín. Se habían hecho las dos de la mañana del fatídico 18 de julio. Fue un beso en la mejilla que le generó cierta incomodidad a Martín Seefeld. Pensó: ‘Epa, le pintó a Fabián, algo que yo no conocía’ y se puso a reír”.
“Y todo quedó ahí porque Fabián se fue a su casa. Dos horas después, a las 4 de la mañana, falleció el abuelo de Fabián. Casi sin dormir, a las 9 y pico de la mañana, Fabián y su hermano Pablo fueron al edificio de la AMIA a hacer los trámites para enterrar a su zeide en el cementerio judío de La Tablada. A las 9:53 minutos, la sede de la mutual voló literalmente por los aires. Se produjo el atentado terrorista más grave y con mayor cantidad de muertos de la historia argentina”, añadió.
Posteriormente, Leuco habló de la desgarradora reacción del reconocido actor: “La novia de Fabián entre llantos y gritos se comunicó con Martín Seefeld y repetía como enloquecida: ‘Fabián, Fabián estaba en la AMIA’. Martín entendió todo de golpe. Se le heló la sangre. Corrió a la calle Pasteur 633 y con otros amigos como Samy, se sumaron a la cadena humana que fue sacando los escombros. Piedra por piedra para tratar de rescatar a los sobrevivientes. Pero en muchos casos aparecían cadáveres mutilados por los 300 kilos de amonal que tenía el explosivo asesino. Martín estuvo una semana levantando los restos del edificio tratando de encontrar a su amigo del alma y a su hermano Pablo. Dormía de a ratos en la vereda y seguía sacando ladrillos y mampostería hasta que, finalmente apareció el cuerpo. Sintió un agujero negro en el alma. Un luto infinito”.
La reflexión final
“Decimos presente. Hoy y siempre. Elevo una humilde plegaria cívica. Para que las velas alumbren la oscuridad del crimen de lesa humanidad, de los países que fomentan el terrorismo, de la conexión local, del encubrimiento de estado. Para que nunca más. Para que solo pidamos la muerte de la muerte para toda la vida. Para que no haya que llevar luto otros 29 años. Hasta que cierren las heridas que todavía están abiertas. Hasta que se cierren las tumbas. Hasta que se abra la verdad”, manifestó el comunicador.