Natalia Oreiro acaba de sacar a la luz «Casi muerta», una comedia que tiene planteos sobre la vida y la muerte. Lo cierto es que la artista uruguaya reapareció en los medios locales para promocionar su proyecto, habló del impacto de la fama en su vida e hizo una declaración contundente sobre ese aspecto que acarrea por su profesión.
“Es lo peor. Nunca fue una búsqueda. Cuando empecé a trabajar en los medios, no era esto de ‘Quiero ser famosa’: yo quería ser actriz. Y la verdad, me pasa que la gente en la calle no se da vuelta a mirarme. No es que la gente me sigue y dice ‘¡Natalia!’. No se dan ni cuenta, porque me saco el maquillaje y me pongo mis championes, y hasta que no abro la boca, la gente no sabe que soy yo”, explicó Natalia Oreiro sobre su “estrategia”.
En ese marco, la actriz dijo que se encuentra lejos de tener una existencia excéntrica: “Y tengo una vida re normal, común, llevo a mi hijo a la escuela, voy a las reuniones de padres. Después, me maquillan, me tocan el pelo y me pongo la ropa, y me divierte y juego con eso porque también jugaba con eso cuando estaba en el galpón de mi abuela y me disfrazaba, decía que era actriz y salía a escena. Juego con eso, pero después la vida pasa por otro lado, lo cotidiano”.
La dura premisa del film
A Natalia Oreiro le toca ponerse en los zapatos de una mujer a la que le quedan tan solo unos días de vida. En ese marco, le consultaron sobre su relación con la muerte y las despedidas: “Lo que pasa es que me tendría que sacar de mi cabeza la maternidad, porque lo que me pasa teniendo un hijo es que ese miedo es constante cuando me voy de viaje, cuando me subo a un avión, cuando algo tiene cierto riesgo”.
“Jamás me había planteado miedo a volar, a un arma de fuego. En ese sentido, era muy entregada, muy suelta. Pero a partir de que fui madre, mi prioridad cambió y a mí no me puede pasar nada porque mi hijo me necesita”, explicó la intérprete más tarde.
Para finalizar el tópico, Natalia Oreiro señaló en su nota con Página 12: “Ahora, si me quitara eso, trataría de pensarlo en relación a un vínculo de amor que sea genuino y darle libertad al otro para que pueda volver a hacer su vida, que vuelva a encontrar el amor, que no se quede solo, porque todos venimos y nos vamos solos. Y está bueno que la persona que se queda, se quede con un lindo sentimiento de algo que va a quedar en el recuerdo, en el corazón”.