Beto Casella, sobre perdonar una infidelidad: “Después se normaliza” ESPECTÁCULO El Intransigente

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Beto Casella, sobre perdonar una infidelidad: “Después se normaliza”

Beto Casella acostumbra en los últimos minutos de su programa de radio, Nadie nos para, a tomarse un tiempo para hablar con sus oyentes, en un contexto diferente al de la ironía que lo caracteriza. Esta vez, el conductor se metió de lleno en las relaciones de pareja y tuvo fuertes frases al referirse a la infidelidad. “El problema de perdonar una mentira es que después vienen todas las decepciones juntas, porque uno empieza a mirar para atrás todo el tiempo y ‘acá me abra mentido también’”, expresó el conductor.

Luego, Beto Casella continuó con su desarrollo sobre el tema: “El problema de perdonar una infidelidad es que después se normaliza y pueden llegar las demás, a veces”. Además, el conductor reflexionó: “Lo que habría que dar por normalizado es que tu pareja es la persona con la que mejor deberías llevarte en el mundo, es la persona con la que más cosas compartís. Si no es así, es que no es, por más vueltas que le des y fuerza que hagás”, sentenció.

Beto y el duro momento que debió atravesar con la llegada de su nieto

En Bendita, Beto Casella muestra una faceta irónica y divertida, con las características del programa que es un éxito en las noches de El 9. Sin embargo, el conductor, en la intimidad, es una persona muy familiera y cercana a sus hijos. Como lo demuestra siempre con Franco, su hijo menor que es productor de Bendita, puertas adentro se trata de un padre super presente.

Así lo reveló en una nota en La noche de Dante, en donde relató cuál fue, para él, el peor momento de su vida. Así Beto Casella contó lo que vivió cuando iba a nacer su nieto y se presentaron una serie complicaciones. “Hubo que hacer nacer al bebé a los 5 meses y pico”, expresó y agregó: “No me voy a olvidar nunca esa imagen”, señaló al recordar a su hijo John Paul parado bajo la lluvia. “Fui a abrazarlo, vino Franco. Nos abrazamos todos y esperamos”, explicó.

Según sus propias palabras, cargadas de amor, el pequeño logró salir adelante y hoy ya tiene tres años. “Todavía le cuesta todo un poquito, como largarse a hablar, como otras cosas, pero va evolucionando y es un milagro de Dios. Lo vemos reírse, porque se ríe todo el día, y decimos: ‘Esto es un milagro de Dios’”, remarcó, emocionado, Beto Casella.

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