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POLÍTICA

Axel Kicillof cruzó a la oposición tras el fallo contra la nacionalización de YPF: «Es tan buitre como los buitres»

Axel Kicillof se expresó optimista de que Argentina no deberá pagar los 16.000 millones de dólares que dictaminó la Justicia norteamericana por la privatización de YPF.

Axel Kicillof

Axel Kicillof se expresó optimista de que Argentina no deberá pagar los 16.000 millones de dólares que dictaminó la Justicia norteamericana por la privatización de YPF. El gobernador de la provincia de Buenos Aires fue uno de los que impulsó la nacionalización de la petrolera. Como conocedor del trasfondo, sostuvo que «tiene altas chances» de evitar el pago.

El día viernes hubo un gran revuelo en Argentina porque la jueza estadounidense, Loretta Preska, falló contra la privatización de YPF. Como consecuencia, la magistrada determinó que el país debe pagarle 16.000 millones de dólares a los damnificados por la nacionalización. La deuda a afrontar le generaría más inconvenientes a la economía del país.

Sin embargo, a diferencia de la preocupación que ocasionó en la oposición, Axel Kicillof expresó confianza. El gobernador bonaerense transmitió tranquilidad y aseguró que Argentina saldrá airosa del litigio judicial: «Es un fallo en primera instancia, que tiene que pasar por una corte de Apelaciones. La Argentina va a realizar la apelación y después llegará a la Corte Suprema«, explicó en Radio Splendid 990.

El exministro de Economía rechazó las determinaciones que tomó la Justicia norteamericana y por eso trató de ponerle una cuota de tranquilidad a una noticia compleja a nivel financiero: «Yo creo que la Argentina tiene altas chances (de no pagar) porque el fallo es un absoluto disparate, un absurdo jurídico y tiene motivaciones con un negocio especulativo con comprar juicios y buscar un tribunal que te va a dar la razón», afirmó.

Axel Kicillof puntualizó en los dirigentes opositores y su reacción luego de conocerse el fallo: «Sorprende o no tanto, que la oposición nuestra es tan buitre como los buitres. Es una constante: cada vez que hay un fallo, por injusto que sea, por ridículo que sea, por pernicioso que sea para el interés y la soberanía nacional, se ponen contentos, aplauden», sentenció.

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