La alta inflación del mes de agosto, que se perfila para superar cómodamente los dos dígitos, se hace sentir en el bolsillo de la gente. A la devaluación del 22% que impuso el ministro de Economía Sergio Massa, se registró un fuerte aumento en las frutas y verduras, además de la carne, los lácteos y demás alimentos. Los consumidores se ven obligados a gastar más de lo previsto o, incluso, renegar de ciertos productos por ser prácticamente inaccesibles.
Acorde precisó LN+, el kilo de bananas ya cuesta hasta $1500 en una verdulería de Ciudad de Buenos Aires, lo que significa un aumento del 100% en la última semana. La papa, otro de los productos más demandados, está por arriba de los $200 y la papa lavada, en $6700. La cebolla, también con alta demanda, cotiza por encima de los $600 el kilo.
Como si fuera poco, hay problemas para las importaciones de banana y con otras frutas y tubérculos por la sequía que afecto a la Argentina en los primeros meses del año. «Lo único que tenemos es de Córdoba, papa blanca. No tenemos papa negra, no sirve, no cocina, viene muy mala», relató Juan Carlos, dueño de una verdulería en Parque Chas.
«Tenemos mucha promoción de verduras, gracias a Dios se está dando con mucha calidad. La gente no puede consumir bananas de Ecuador, así que tenemos una nacional, de Salta, que está a $1300 los dos kilos», destacó como contraparte para describir las alternativas que busca la gente. La acelga y espinaca valen $390 los tres paquetes, y la rúcula está a $90.
Cómo le va al resto de las frutas con la inflación
La palta chilena, un producto que siempre fue caro y hasta considerado un lujo, cotiza en $2700 el kilo, aunque el comerciante admitió que tendría que estar en $3000. Sorprendentemente, el tomate cherry vale un poco más que el tomate perita o redondo, siendo que antes existía una brecha mayor entre un tomate y otro.
Por último, habló sobre el acuerdo del Gobierno nacional con los mayoristas para controlar los precios, sobre el cual menciona que, en su comercio, no ha llegado. «Acá es oferta y demanda. Si no hay banana porque no entra, automáticamente aumenta. Si mañana no llueve y no pueden buscar las papas al campo, la papa sube. Caso contrario, la papa baja».
