El jueves al mediodía se conoció la noticia que nadie quería escuchar. A los 43 años y después de atravesar por momentos realmente muy complicados, Silvina Luna murió en el hospital Italiano, donde se encontraba internada desde hace algunos meses. Su familia y sus amigas la recuerdan con mucho cariño, pero también tienen mucha bronca y dolor por lo que vivió en este tiempo.
Fue Analía, una de su mejores amigas, quien habló con Georgina Barbarossa en «A la Barbarossa», el programa que lleva adelante en Telefe. «Las últimas horas fueron terribles. Ver su agonía, su sufrimiento, su dolor. En los momentos que tenía de lucidez, verse en un cuerpo que no le funcionaba… Era la desesperación de no poder avanzar, para poder salir de ahí, fue tremendo. No se lo deseo a nadie», afirmó.
«Fue una luchadora hasta el último momento. Lo dio todo. Ella nos miraba y nos decía ‘la tengo difícil’. Pero seguía pidiendo por favor que la ayudemos a hacer ejercicios para poder levantarse», reveló dando detalles de todo lo que tuvo que atravesar Silvina Luna. «Su objetivo era salir de ahí, quería vivir, hasta los últimos días que se dio cuenta de que no podía más y lloraba», dijo.
«Pensaba en todo y me llegó a decir que quería trascender, que no aguantaba más estar en ese cuerpo enfermo. Acompañarla en eso fue un dolor inmenso», admitió Analía. «Vos dijiste que ella te dijo ‘necesito trascender’. ¿En algún momento hablaron de lo que ella esperaba del otro lado?”, quiso saber Analía Franchín.
«No, no hablamos de eso. Sí le dije que, si pasaba eso, que estaba bien, que su mente se iba a expandir, que ella había estudiado coach (ontológico), que tenía un montón de herramientas para sobrellevar ese momento”, respondió. «Y ella me decía ‘tenés razón’. Cualquier cosa era mejor que estar postrada en una cama, mientras todos hacían su vida», dijo.
«¿Cómo fue el estar, el minuto a minuto, hasta tomar la decisión de decir ‘hasta acá llegamos, hay que dejarla partir’?», le preguntaron a la amiga de Silvina Luna. «Fue duro, fue una decisión que tomó su hermano, que fue su ángel. El amor con el que la trató Ezequiel todo el tiempo, con el cariño que la manejaba, que la acomodaba, que le daba de comer, las palabras de aliento, la fuerza que le ponía, es admirable- Ella lo amaba y todo el tiempo pedía estar con él. ‘¿Dónde está Ezequiel?’”, finalizó Analía.
