A días para la final de la Copa Libertadores 2023 entre Boca y Fluminense en el mítico Estadio Maracaná, Chiquito Romero participó de una entrevista en la que rememoró el momento en el que aceptó jugar para el Xeneize y agradeció el cariño constante de la hinchada. El arquero, figura del equipo dirigido por Jorge Almirón, llegó al club de la Ribera como agente libre.
«Estuvo bien aceptada esa propuesta. Cuando las cosas te salen y la gente comienza a devolverte el trabajo dentro del campo de juego con una ovación, un coreo o un aplauso cuando uno tapa una pelota, son momentos únicos. Uno se pone a pensar y valió la pena», expresó Sergio en diálogo con el sitio oficial de la Conmebol.
El misionero llegó a mediados del año pasado a Boca, si bien le costó afianzarse al principio por un problema en su rodilla y la titularidad de Agustín Rossi, hoy es una de las piezas inamovibles del once. El arquero de 36 años fue clave en la tanda de penales ante Nacional de Uruguay, Racing y Palmeiras al atajar, al menos, dos remates por serie.
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“Hoy en día vamos con la misma ilusión, que es la de entregarle a Boca o a la gente de Boca la séptima, que es lo que todos desean hace tanto tiempo”, comentó días atrás el arquero del Xeneize. Y remarcó, con una sonrisa en el rostro: “La última Libertadores de Boca fue en 2007 y nosotros queremos ir detrás de esa final contra Fluminense, de ganarla y de traerle la copa a la gente para que la pueda disfrutar”.
Por último el golero se mostró confiado en poder dar la vuelta olímpica el 4 de noviembre en Río de Janeiro: “Tengo una fe ciega de que las cosas se nos van a dar, de que la vamos a ganar. Cuando uno va con confianza y con esa tranquilidad, que siente adentro que las cosas van a salir bien, yo ya estoy contento. Ya voy contento al partido”.
