Son momentos complicados y realmente dolorosos para uno de los conductores más importantes y queridos de la televisión argentina. Y es que Darío Barassi supo muy bien de qué manera ganarse el cariño del público con su humor y su carisma inigualable. Sin embargo, esta vez fue él quien tuvo que recibir las buenas energías por parte de sus seguidores.
Después de algunas horas de hacer confirmado la muerte de su madre, el presentador de Canal Trece mostró su tristeza en las redes por no poder asistir al acto de fin de año de su hija mayor. «Dale, Emilia, dale. Mi pequeña gigante artista hoy tiene concert y yo no voy a poder estar ahí. Lo que me duele”, señaló.
«Ayer repasamos lo fundamental. Disfrutar. Sonreír. Si me pierdo, copio al de al lado con una sonrisa. Y recibir el aplauso, está ganado», señaló Darío Barassi en relación a los consejos que se encargó de darle a la pequeña que finalmente se lució arriba del escenario.
«Me cuentan que alguien lo dio todo”, dijo a través de su cuenta de Instagram . “Disfrutó un montón y la rompió toda, orgulloso a otro nivel. Siento que no en mucho tiempo esta enana y yo compartiremos escenario o set. Está escrito Pipita, naciste para», aseguró el conductor que se encuentra en San Juan, provincia de la cual es oriundo, para despedir a su mamá.
Su adiós
«El país hoy está en una, pero lamentablemente yo estoy en otra. Finalmente pasó. Ese último suspiro, ese último beso, caricia, abrazo llegó. Duele, alivia y vuelve a doler. Te nos fuiste viejita, ahí estábamos los 3 de siempre y el pilar de mujer que tengo al lado desplomados en un abrazo eterno sobre tu cuerpo. Anoche cuando volví a casa obviamente no podía dormirme, escuchaba esas últimas respiraciones exigidas tuyas mientras miraba por la ventana la única estrella que había en el cielo, y me puse a hacer la lista de lo que voy a extrañar de vos. Spoiler alert mucha cuestión gastro. A saber…», manifestó el día de la muerte de su mamá.
«Vitel toné y su raspadita, ensalada criolla, bizcochuelo de limón y la raspadita del glaseado, lo mal que cantas, sobre todo en misa que lo hacías con tanta pasión y sordera, hacerte trampa a las cartas, que me digas que no soy tu preferido, que me digas Gorito. Lo buena puteadora que sos, ese imbbbbecil era la gloria, el olor de tus casas, tu perfume, tus cambios de looks, tu ironía, tus brazos con salero, tu bronceado desde septiembre, tus frascos con galletas, tus álbumes de fotos, tus camas gigantes y llenas de almohadones, tus cremas para codos, tus manos, tu risa, la alegría cuando estabas con mis hijas, tus ronquidos, tu tupper de fiambres, tu monedero con mil billetes. Tu pronunciación en inglés, tu cariño a mis amigos, el cariño de mis amigos con vos, tu complicidad e incondicionalidad, tu locura y defectos, tus ganas de pelearla siempre, tus derrotas, así te levantábamos», sentenció.