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ESPECTÁCULO

Marcelo, el hermano adoptivo de Silvia y Guido Süller rompió el silencio: «La he acompañado»

El hombre se refirió a lo que está sucediendo con los dos mediáticos.

Silvia Süller

Una nueva e inesperada guerra es la que se ha iniciado en la familia Süller. Y es que los mediáticos vuelven a estar enfrentados otra vez luego de que se hablara sobre la herencia que les dejaron sus padres. Ahora fue Marcelo, hermano adoptivo de Silvina y Guido Süller, quien habló al respecto en “A la Tarde”, el programa de Karina Mazzocco.

“Me llamó mucho la atención porque estaban afuera de la televisión, y volver a remontar este tema, es volver a lastimar a mis padres. Yo los últimos 15 años de vida de ellos, los lastimé mucho a mis viejos. Incursioné muchos años en las drogas, hace cuatro años que estoy limpio”, comenzó señalando él.

“Yo con Guido nunca he tenido ningún problema, y con Silvia, la he acompañado toda su carrera en la televisión. Cuando el viejo se cae, físicamente y mentalmente, se desbarató la familia. Yo creo que papá era el que mantenía a todos en línea. La envidia de ellos era que el trato con mis viejos, no era el mismo, que el de él con ellos. Yo con papá era un amigo. Me quedé a vivir con ellos durante mucho tiempo”, aseveró.

Fue en ese momento cuando Marcelo se mostró tajante en torno a su vínculo con Silvia y Guido Süller. «Yo los considero mis hermanos, que no los vea, y no tenga relación hoy, no significa que no los quiera. Yo no sé si era el preferido. La preferida de papá era Silvia, que fue la primer hija mujer, y el de mi mamá, Guido», lanzó.

“Lo que cuentan tus hermanos es que la sacan a tu mamá de la casa por violencia de género, ella tenía un botón antipánico y vos tenías una perimetral. Guido después se lleva a tu mamá a vivir con él, y después le alquila un departamento donde la empiezan a cuidar otras personas. Guido habla de abandono y de negligencia para con tu mamá», le dijo Cora Debarbieri.

“Por 190 días me sacan de la casa de mi madre porque tenían miedo de que le haga algo a mi madre. Cerraron la casa, la vaciaron y cuando vuelvo de la perimetral, no habían dejado nada. Yo me instalo de vuelta y mis amigos me prestaron una cama y una tele», finalizó Marcelo.

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