Angustia en el programa de Andy Kusnetzoff por lo que contó un invitado: "Lloraba en la soledad de la noche" ESPECTÁCULO El Intransigente

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Angustia en el programa de Andy Kusnetzoff por lo que contó un invitado: «Lloraba en la soledad de la noche»

Cada uno de los presentes se mostraron movilizados ante semejante relato.

Muy fuerte. Así es lo que se vivió en «Podemos Hablar», el programa que lleva adelante Andy Kusnetzoff a través de la pantalla de Telefe. Y es que uno de los invitados fue nada más y nada menos que Hernán Drago, uno de los modelos más reconocidos e importantes del mundo del espectáculo de nuestro país.

Allí, reveló lo que vivió cuando era niño y adolescente. «Avancen al punto de encuentro los que tuvieron una infancia solitaria, que alguna vez se sintieron sapo de otro pozo», le pidió el presentador a cada uno de sus invitados. «Yo a los siete u ocho años no me gustaba ir al colegio, sentía presión, me iba mal», dijo.

«Empecé a canalizarlo con la comida, empecé a engordar y así fui aumentando de peso hasta llegar a los 14, 15 años cuando tuve mucho sobrepeso para lo que es el idea de los chicos. Prefería no ir al club porque se burlaban, me sentía sapo de otro pozo. Fue una etapa que hoy la recuerdo con mucha emoción, con mucho cariño, me enseñó muchísimo ese gordito que fui», comentó.

Ante la mirada atenta de Andy Kusnetzoff, Hernán Drago siguió adelante con su relato realmente angustiante que movilizó a todos. «Pero hoy a la distancia, en ese momento no me gustaba, lo sufría, no quería salir de mi casa. Al colegio estaba obligado a ir, al club elegía no ir. Lloraba en la soledad de la noche por la angustia que no podía canalizar», aseveró.

«Más me angustiaba, más comía y era peor. A los 14, 15 me cansé. Tuve la suerte de tener padres presentes que me llevaron a nutricionistas que no entendían por qué no bajaba si comía menos calorías de las que gastaba. Pero yo llegaba a esconder abajo de la casa», acotó nuevamente el modelo.

«Si mi mamá se iba a las 8 de la mañana yo escondía desde esa hora hasta la noche un pan con queso y lo comía cuando todos dormían. Después empecé a decir que esto iba a ser como yo quisiera y no como querían los demás. Ahí empecé a cumplir sin temor a equivocarme 30, 40 sueños. He cumplido muchas cosas», finalizó Hernán Drago.

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