Luis Caputo asumió al frente del Ministerio de Economía como un especialista en finanzas con y sin dinero. Los primeros días de gestión comenzó a desenvolverse luego de escuchar los pedidos del presidente Javier Milei y elevó el dólar oficial a $800 y anunció una batería de medidas para generar tranquilidad en los mercados y a la sociedad, a quienes les aclaró que siguen apuntando a la dolarización.
El titular del Palacio de Hacienda afirmó que «el objetivo sigue siendo el mismo, llegar a una dolarización. Es el objetivo del Presidente, con lo que hizo campaña. El Presidente no miente, me gustaría que quede claro, porque hay que tener un contrato de verdad con la gente», señaló el dirigente de La Libertad Avanza en una entrevista con LN+.
Seguido a esto, cuestionó la herencia que recibió de Sergio Massa y cómo con sus políticas comprometió el futuro del país por emitir dinero de una manera descontrolada: «La inflación reprimida salta a raíz de las elecciones. Cuando el gobierno pierde se empiezan a liberar precios y vienen dando un ritmo de 1% diario, que da un pronóstico anual de 3.700%, que no es exagerado», alertó.
«Hay conciencia de la herencia. Tiene mucho mérito el presidente, que vino anticipando lo que iba a pasar. Tenía su lógica, porque todas las políticas que se venían aplicando eran erróneas. La inflación son las consecuencia de las políticas pasadas. Nuestro programa es anti inflacionario y viene a contraponerse a eso. Es un plan de estabilización ortodoxo clásico», detalló Luis Caputo.
El ajuste
Por otro lado, indicó que sus políticas se basan en «un esquema muy duro en lo fiscal, lo cambiario y lo monetario. Por eso el mercado reaccionó tan bien. El shock cambiario nos ha permitido reducir el ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial al 2%, de manera que la tasa en peso va a quedar muy por arriba del crawling y va a fomentar la liquidación de exportaciones».
Continuado con este eje, explicó que el ajuste no lo pagará en su totalidad la sociedad, sino en una gran parte caerá sobre la política: «El 60% de la reducción de gasto es atribuíble directamente a la política. Sería el 80% incluyendo los subsidios, que para mí no son ayuda real. El 40% del déficit son los subsidios, que se financian con emisión, que a su vez es inflación. Se paga en el supermercado».
