Luego del fallido encuentro en el Ministerio de Economía, Luis Caputo convocó a los enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Casa Rosada. Cerca de las 15 llegó esta comitiva para entablar conversaciones y negociaciones con el titular del Palacio de Hacienda y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, quienes les llevaron un pedido al organismo internacional.
Uno de los objetivos del Gobierno es negociar las condiciones y reflotar el acuerdo de facilidades extendidas que se encuentra virtualmente caído por incumplimiento durante la gestión de Sergio Massa. En el primer encuentro cara a cara entre Caputo y directivos de la entidad, le pidió destrabar los fondos pendientes de envío de parte del organismo por US$ 3.600 millones.
Luis Cubeddu y Ashvin Ahuja, los enviados del FMI, no dieron una respuesta y hasta el miércoles tendrán nuevos encuentros con funcionarios de La Libertad Avanza en busca de llegar a un buen puerto. Durante esta mañana, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aclaró que no solicitarán «fondos frescos» sino que buscarán la transferencia de los ya pactados.
En este ámbito, le aclararon a NA que tampoco habrá un nuevo programa, sino que se trabaja en reflotar el programa que está caído, ya que un nuevo programa implicaría pasar por el Congreso. Así, la gestión de Javier Milei apunta a renegociar la séptima revisión del acuerdo y lograr un desembolso de US$3.600 millones (US$ 2.600 de noviembre y US$ 1.000 millones de marzo de 2024).
La propuesta de Luis Caputo al FMI
Claro está que para que desde el organismo internacional acepten esto, el Gobierno también tuvo que ofrecer algo a cambio, ya que la confianza en Argentina cayó luego del incumplimiento de Massa. Así, Caputo les trasladó la devaluación del peso argentino luego de asumir que tuvo aceptación y no generó movimientos en los dólares paralelos.
Además, les mostró las medidas económicas que hay en el mega DNU y la Ley Ómnibus que podrían convencer al FMI de generar un camino previsible a futuro. Por último, ratificaron la idea de hacer un ajuste fiscal todavía más fuerte del que quiere la entidad financiera, un punto central que podría convencer a sus enviados que se retiraron de Casa Rosada con la propuesta que trasladarán a Washington en las próximas horas.
