Este martes, Rusia disparó decenas de misiles y aviones no tripulados contra la capital de Ucrania y la ciudad nororiental de Járkov, matando al menos a cinco civiles, hiriendo a decenas y causando daños generalizados, según informaron las autoridades de Kiev.
Rusia atacó desde el aire Ucrania por tercer día consecutivo, después de que el presidente Vladimir Putin advirtió el lunes de que un ataque aéreo ucraniano contra la ciudad rusa de Belgorod, en el que, según Moscú murieron 25 civiles, «no quedaría impune». Tras el ataque salía humo desde el costado de un rascacielos de viviendas, donde, según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, quedó un cráter y restos esparcidos.
Klitschko informó de que una anciana agonizó en una ambulancia tras resultar herida y que otras 43 personas estaban heridas. Los servicios de emergencia dijeron que también se recuperó un cadáver en el octavo piso del edificio. «Rusia responderá por cada vida arrebatada», manifestó por su parte el mandatario Volodímir Zelenski.
Moscú intensificó los ataques aéreos contra Kiev durante el periodo de Año Nuevo y el viernes llevó a cabo el mayor bombardeo de los casi dos años de guerra, en el que murieron al menos 39 personas. Oleh Synehubov, gobernador regional de Járkov, dijo que la parte central de la ciudad fue atacada alrededor de las 07:30 hora local. «Una persona falleció en el ataque y 45 resultaron heridas», añadió, replicó Reuters.
Las defensas aéreas ucranianas, reforzadas por los aliados occidentales de Kiev, derribaron los 10 misiles «Kinzhal» disparados en el último ataque, así como 59 de los 70 misiles de crucero y tres misiles de crucero Kalibr. El ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, pidió a los aliados occidentales de Kiev que aceleren el suministro de sistemas de defensa antiaérea, misiles de largo alcance y drones de combate.
