El 31 de diciembre marcó el abrupto cierre del Programa «Compre sin IVA«, una iniciativa que brindó alivio financiero a más de 18 millones de argentinos, devolviendo el 21% de impuestos en compras de productos esenciales. El beneficio impositivo fue lanzado en septiembre por el exministro de Economía, Sergio Massa, pero llegó a su fin. Por ahora, Javier Milei no se expresó sobre la continuidad de la quita del impuesto.
A pesar de su alcance masivo, el programa no fue prorrogado por la AFIP, y el actual Gobierno liderado por Javier Milei ha decidido no renovarlo. Esta decisión se traduce en un golpe económico para los ciudadanos en un momento crítico de dificultades financieras, acentuando la presión sobre los bolsillos de los trabajadores en medio de un aumento generalizado de precios.
El beneficio abarcaba una amplia gama de productos, incluyendo alimentos, bebidas, artículos de limpieza, productos de higiene personal y cuidado del hogar. La devolución del 21% se realizaba al utilizar tarjetas de débito, y el reintegro, con un límite máximo de $18.800 al mes, se acreditaba automáticamente en la cuenta bancaria asociada a la tarjeta utilizada, en un plazo de hasta 48 horas después de la transacción.
La suspensión de este programa representa un desafío adicional para la población en un contexto de dificultades económicas, eliminando un alivio financiero que era esencial para aquellos con menores ingresos como los jubilados que cobran la mínima. A pesar de la promesa de reducción de impuestos por parte de la actual administración, el cierre de «Compre Sin IVA» genera incertidumbre sobre el futuro de los beneficios fiscales para los consumidores argentinos.
Milei sigue con el ajuste y los impuestos no bajan
La iniciativa que beneficiaba a trabajadores formales, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), monotributistas, empleadas domésticas, trabajadores informales, jubilados y pensionados ha llegado a su fin, dejando a millones de argentinos sin este crucial alivio financiero.
La falta de renovación del programa contradice las expectativas de una disminución de la carga impositiva anunciada durante la campaña electoral. Esta medida deja a la población sin un importante estímulo financiero, aumentando la preocupación sobre el acceso a productos esenciales en un contexto de aumento de precios.
