El careo en Gran Hermano hizo que Agostina y «Furia» se sacaran chispas, al sincerarse mutuamente. En este sentido, su conversación arrancó bien, pero rápidamente todo fue subiendo de tono. Sin embargo, Santiago del Moro intervino para mediar entre ambas y habló con ellas por separado. Por su parte, Agostina dios sus razones para estar enojada con Juliana.
Posteriormente, Agostina abrió su corazón en Gran Hermano: «Es feo que te traten como un perro. Soporté millones de cosas y fui leal. No éramos “las amigas”, sí, pero la acompañaba y quería llegar con ella a la final a pesar de no compartir sus formas con los gritos y basureadas. Realmente la quería. Juro que se me cayó el mundo cuando Emma me dijo que ella me votó. A una compañera la trató de mogólica, a otro le dijo “gordo p…”, ¿eso es de una persona de bien? Yo juego limpio y con el corazón», aseguró.
Se descontroló el careo en Gran Hermano, entre «Furia» y Agostina
Luego de varias discusiones y disputas dentro de la casa de Gran Hermano, Agostina y «Furia» se encontraron en el careo. En este sentido, ambas participantes se sentaron frente a frente para hablar abiertamente de lo sucedido en la semana. Sin embargo, de entrada, Juliana se mostró sorprendida por la elección de Agostina y mostró inquietud sobre la conversación que se avecinaba.
En primer lugar, Agostina aseguró que le pidió a Gran Hermano poder conversar con ella. Además, expresó: «Creo que ya lo hablamos un montón de veces, vamos a lo básico. Quiero saber cuál fue tu problema conmigo ¿En qué yo te fallé? Según vos». Posteriormente, «Furia» respondió: «Yo me sentí muy sola. Creo más en las actitudes que en las palabras, pero yo porque soy así. Vos por ahí sos más de hablar. Yo no sentí que estabas al lado mío», comenzó.
Algunos instantes después, Juliana continuo con su respuesta en Gran Hermano: «Creo que ya te lo dije, siento que te juntaste mucho con Licha. Me propusiste que juguemos con él. Sé que está todo bien, él me considera confiable, pero creo que son juegos totalmente diferentes». Sin embargo, toda la discusión comenzó a elevarse y ambas participantes se agredieron mutuamente. Tanto, que ni siquiera Santiago del Moro pudo mediar entre ambas.
