Pablo Pérez es uno de los jugadores más reconocidos dentro del fútbol argentino durante la última década. Pieza clave de Boca y capitán del equipo que jugó la final de la Copa Libertadores con River en Madrid, el mediocampista de paso por Independiente y que tuvo a Newell’s como su casa tomó una sorpresiva decisión en las últimas horas, luego de jugar con Lionel Messi: se retiró.
Pérez, de 38 años, había dejado Newell’s, donde ya no era prioridad para la directiva y el cuerpo técnico, a comienzos de año. En lugar de dejar el fútbol, eligió como nuevo destino Sarmiento de Junín. Pero con una condición particular: lo debían liberar para el amistoso que Newell’s jugó hace unos días con el Inter Miami de Lionel Messi en Estados Unidos. Y allí, Pablo se dio el gusto de compartir cancha con Leo. Y fue su último partido.
A su regreso a Argentina, Pérez decidió sorpresivamente colgar los botines, algo que llamó la atención en su nuevo club. «Esta semana nos reunimos con él y nos comentó que no iba a seguir jugando por problemas personales y anímicos. Intentamos que continúe y no quiso», contó el presidente de Sarmiento, Fernando Chiofalo, sobre la situación de Pérez.
Pérez jugó 450 partidos como profesional, destacándose por su cualidad goleadora y su juego áspero, que lo hizo reconocido por ser de los futbolistas más amonestados del fútbol local. De hecho, termina su carrera con 189 tarjetas amarillas, de las cuales 90 fueron en Newell’s. Así, es el futbolista más amonestado en la historia de La Lepra, según TNT Sports.
Pérez surgió en Newell’s en 2006, pasó por Emelec de Ecuador, Unión de Santa Fe y volvió a la Lepra, donde destacó en el equipo campeón del Tata Martino. Eso le permitió un paso por Europa en el Málaga y luego llegar a Boca, donde se convirtió en referente durante cuatro años. Tras un paso por Independiente, volvió a Rosario, antes de retirarse ahora en Sarmiento. En total, sumó cinco títulos y jugó un partido en la Selección Argentina.