Muy doloroso fue lo que decidió exponer nada más y nada menos que Baby Etchecopar, uno de los periodistas más importantes y a la vez polémicos de los medios de comunicación de nuestro país. Esta vez, fue noticia por lo que dijo en su editorial de A24, donde abrió su corazón y contó lo que sucedió con su madre, protagonizando un momento de muchísima angustia.
«Hoy en la puerta de la radio me esperaba una señora con un sobre. Me dijo que lo lea. ‘Tratan mal a los ancianos en un geriátrico’, dijo. A los ancianos los tratan mal la familia y el Estado. A los ancianos no los trata mal el geriátrico. Ese es el último estamento, que es un depósito de viejos. Lo voy a hablar con mucha sinceridad porque mi mamá murió en un geriátrico», comenzó diciendo.
«Yo tenía serios quilombos con mi mamá porque atentaba contra su salud, yo sé lo que es irse a la tarde y llorar en el auto una hora cada vez que la dejaba. No están bien. Es mentira que están mejor, que están con viejos como ellos, es mentira que va el bolud* este del acordeón y le toca la tarantela el sábado para que muevan la manito haciendo gimnasia. Eso es la decrepitud, la degradación del ser humano. No hay ningún geriátrico, ni aunque cueste dos millones de dólares, que supere al nieto, al hijo, la comida casera», apuntó.
De manera contundente, Baby Etchecopar decidió ir por más. «Cuando estaba pensando esta editorial me reprochaba haber sido un mal hijo. No haber peleado un poco más para que mamá se quede. Fue Agustín Rodríguez, mi amigo, mi hermano, mi abogado, que tuvo que firmar y hacer los papeles para poder internarla. Siempre me lo reprocho, pero era imposible vivir con mamá. Era imposible, pero es muy triste. Yo no podía, estaba solo, sin hermanos, sin papá, sin nada. Con mis hijos, con toda una familia encima y ella volviéndome loco», arremetió.
«Es la espina que llevo toda la vida de esos dos años. Quiero que usted sepa, que está en su casa y tiene a mamá, papá, abuelo, abuela, que mañana me puede pasar a mí… nadie está exento de que algún día moleste, uno se pasa la vida queriendo hacer las cosas bien. Lo que es triste es pasar la vejez haciendo las cosas bien para no molestar y un día cualquiera, te dicen ‘vení, agarrá el bolso y vamos unos días que ahí te van a poner bien’. Es muy triste cuando te preguntan cuándo se van y vos no podés decirle», aseveró.
«O cuando en la Navidad se queda una hora y tenés que volver porque lo cierran. Es terrible. Por eso no digamos que en el geriátrico los tratan mal, digamos que van los maltratados. Los que armaron toda la vida una familia, y no armaron nada. Los que te limpiaron el cul*, pero a vos te da asco. Los que se levantaban una hora antes que vos para que tengas la leche caliente y vos no le llevás la leche a la cama porque no tenés tiempo. Uno cuando es viejo es como un bebé, necesita más de todo. Remedios, cariño, pañales, calor, calor de hogar. Eso no se lo da el geriátrico», finalizó Baby Etchecopar.